¿Qué fase de luna es buena para sembrar?

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La siembra en luna creciente es ideal, especialmente dos o tres días antes de la luna llena. Excepciones son plantas como lechugas, mejor sembradas en luna menguante para evitar floración temprana.
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La influencia de las fases lunares en la siembra: Guía para jardineros

Las fases lunares han fascinado a los agricultores durante siglos, y muchos creen que influyen en el crecimiento de las plantas. Si bien no existe evidencia científica concluyente que respalde esta afirmación, los agricultores han observado durante mucho tiempo los efectos positivos de sembrar durante ciertas fases lunares.

Luna creciente: la fase óptima para sembrar

La fase de luna creciente, que ocurre inmediatamente después de la luna nueva, se considera la más propicia para sembrar. Durante esta fase, la gravedad de la luna está tirando de los líquidos hacia arriba en el suelo, creando condiciones ideales para la germinación y el crecimiento de las raíces.

Es particularmente beneficioso sembrar dos o tres días antes de la luna llena, cuando la atracción gravitacional de la luna es más fuerte. Esto estimula el desarrollo vigoroso de las raíces, lo que resulta en plantas saludables y productivas.

Excepciones: plantas que prefieren la luna menguante

Si bien la luna creciente es generalmente favorable para la siembra, hay algunas excepciones. Las plantas que tienden a florecer prematuramente, como las lechugas, se siembran mejor durante la luna menguante. Esto se debe a que la menor gravedad de la luna durante esta fase ayuda a suprimir la floración, lo que permite que las plantas desarrollen hojas más grandes y sabrosas.

Beneficios de sembrar durante la luna creciente

  • Germinación mejorada
  • Crecimiento robusto de las raíces
  • Desarrollo saludable de las plantas
  • Mayor resistencia a plagas y enfermedades
  • Mayor productividad

Recomendaciones adicionales

Además de prestar atención a las fases lunares, los jardineros también deben considerar otros factores como el tipo de suelo, el clima y las prácticas de riego. La preparación adecuada del suelo y el riego regular son esenciales para el éxito de la siembra, independientemente de la fase de la luna.

Conclusión

Si bien la evidencia científica es limitada, los agricultores han observado durante siglos los beneficios de sembrar durante la luna creciente. Al tener en cuenta las fases lunares y adaptar las prácticas de siembra en consecuencia, los jardineros pueden mejorar las posibilidades de cultivar plantas saludables y productivas.