¿Quién está enamorado de Shinobu?

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En el anime *Kimetsu no Yaiba*, Douma siente una obsesión romántica hacia Shinobu, aunque su naturaleza perversa distorsiona este sentimiento en una atracción enfermiza y letal, evidenciada en sus acciones y motivaciones dentro de la narrativa.
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El Amor Desquiciado de Douma: Una Lectura de su Obsesión por Shinobu en Kimetsu no Yaiba

La saga de Kimetsu no Yaiba nos presenta una galería de personajes complejos, donde la línea entre el amor y el odio, la admiración y la obsesión, se difumina peligrosamente. Uno de los ejemplos más perturbadores de esta ambigüedad es la fijación de Douma, el superior rango superior de la Luna Superior Dos, hacia Kochou Shinobu. Si bien Douma afirma sentir “amor” por Shinobu, su comportamiento y motivaciones revelan una realidad mucho más oscura y retorcida, una obsesión enfermiza que se alimenta de la manipulación y la violencia.

A diferencia de las relaciones románticas convencionales, la de Douma no se basa en el respeto, la reciprocidad o el afecto genuino. Su atracción por Shinobu nace de una fascinación enfermiza por su fuerza, su inteligencia y, sobre todo, su resistencia. Shinobu, con su serenidad y su determinación implacable, representa un desafío para Douma, un enigma que se niega a ser resuelto fácilmente. Esta resistencia, lejos de repelerlo, lo cautiva aún más, alimentando su obsesión con el deseo de “romperla”, de someterla a su voluntad.

La naturaleza multifacética de la personalidad de Douma juega un papel crucial en su fijación. Su capacidad para la manipulación y la simulación le permite ocultar sus verdaderas intenciones detrás de una fachada aparentemente cortés y amable. El aparente respeto que manifiesta hacia Shinobu durante sus encuentros sirve como una máscara para su verdadero objetivo: destruirla, no solo físicamente, sino también emocionalmente, rompiendo su espíritu indomable.

Su obsesión se manifiesta en un patrón de acciones que van más allá de la admiración simple. La crueldad que exhibe durante su combate contra Shinobu no es un acto impulsivo, sino una expresión calculada de su perversa fascinación. El hecho de que prolongue la agonía de su oponente, disfrutando de su sufrimiento, subraya la naturaleza sádica de su “amor”. No busca una conexión genuina, sino un control absoluto, la satisfacción de dominar y destruir a quien admira.

En definitiva, el sentimiento de Douma hacia Shinobu no puede ser considerado un amor romántico en el sentido tradicional. Se trata de una obsesión tóxica y destructiva, una perversión del afecto que se manifiesta a través de la violencia y la manipulación. Su atracción por Shinobu es un reflejo de su propia naturaleza perturbada, una fascinación morbosa por el poder y la capacidad de dominar a los demás. La narrativa de Kimetsu no Yaiba utiliza esta relación para explorar las complejidades del amor y la obsesión, mostrando cómo la distorsión de estos sentimientos puede llevar a la destrucción tanto del que ama como del que es amado. El caso de Douma sirve como un ejemplo escalofriante de la delgada línea que separa la admiración del odio, el amor de la obsesión.