¿Quién le gusta a Iguro?

El Secreto Afecto de Iguro Obanai: Más Allá de la Serpiente y la Oscuridad

Iguro Obanai, el Pilar de la Serpiente, es una figura envuelta en misterio y marcada por un pasado doloroso. Su personalidad severa y su mirada penetrante proyectan una imagen de frialdad implacable, pero detrás de esa fachada se esconde un corazón capaz de un profundo afecto. Contrario a lo que podría parecer, la lealtad y el cariño de Iguro se extienden a dos personas en particular: Kagaya Ubuyashiki, el líder del Cuerpo de Exterminio de Demonios, y, de una manera mucho más intensa y personal, Mitsuri Kanroji, el Pilar del Amor.

Su respeto y devoción hacia Kagaya son evidentes en su estricto apego a las reglas y su inquebrantable fidelidad al Cuerpo. Iguro ve en Kagaya un líder excepcional, un hombre con una visión clara y una bondad innata que inspira a todos a luchar contra la amenaza demoníaca. Esta admiración se manifiesta en su constante preocupación por el bienestar de Kagaya y su disposición a cumplir cualquier orden que este le dé, sin importar el sacrificio personal que implique. Su lealtad hacia el líder del Cuerpo es un pilar fundamental de su carácter, un reflejo de su anhelo por un mundo mejor y una creencia firme en la necesidad de proteger a la humanidad.

Sin embargo, es su sentimiento por Mitsuri Kanroji lo que define verdaderamente el lado oculto de Iguro. Su amor por ella es un secreto celosamente guardado, un fuego que arde silenciosamente en su interior. A pesar de su naturaleza reservada y su incapacidad para expresar abiertamente sus emociones, las sutiles atenciones y los gestos protectores dirigidos a Mitsuri revelan la profundidad de su afecto. Observadores atentos podrían notar la manera en que sus ojos se posan en ella, o el ligero cambio en su postura cuando ella está cerca.

La ironía reside en que este amor, tan evidente para aquellos que lo observan desde fuera, pasa inadvertido tanto para Mitsuri como para Tanjiro Kamado. Mitsuri, con su personalidad optimista y su corazón bondadoso, permanece ajena a la verdadera naturaleza de los sentimientos de Iguro, percibiendo únicamente un respeto y una camaradería profesional. Tanjiro, por su parte, absorto en su propia misión y en la lucha contra los demonios, no se percata de la sutil dinámica que se desarrolla entre los dos Pilares.

Este amor no correspondido añade una capa de complejidad al personaje de Iguro. Se encuentra atrapado entre su deseo de proteger a Mitsuri y su incapacidad para superar su propio pasado y expresar abiertamente sus sentimientos. La sombra de su origen, marcado por el abuso y la opresión, lo atormenta y lo convence de que no es digno del amor de Mitsuri.

En definitiva, Iguro Obanai es mucho más que el Pilar de la Serpiente. Es un hombre marcado por la tragedia, pero también capaz de un profundo afecto, lealtad y, sobre todo, de un amor silencioso que, aunque oculto, define su verdadera esencia. Su historia es un recordatorio de que las apariencias engañan y que incluso detrás de las fachadas más frías pueden esconderse las emociones más intensas. Su amor por Mitsuri, un secreto a voces, es un testamento de la complejidad del corazón humano y la lucha constante entre el deber y el deseo.