¿Cómo se mide la eficacia de un protector solar?

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La eficacia de un protector solar se mide por su Factor de Protección Solar (FPS). Éste se calcula comparando la radiación UVB que recibe la piel protegida con la que recibe sin protección, antes de la aparición de quemaduras solares.
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Descifrando el FPS: ¿Cómo realmente se mide la eficacia de un protector solar?

El sol, fuente de vida y energía, también emite radiación ultravioleta (UV) que puede dañar nuestra piel. Para protegernos, recurrimos a los protectores solares, pero ¿cómo sabemos cuál es realmente efectivo? La clave reside en el Factor de Protección Solar (FPS), un número que a menudo vemos en las etiquetas, pero que no siempre comprendemos completamente.

Más allá de un simple número, el FPS representa la capacidad de un protector solar para bloquear la radiación UVB, la principal responsable de las quemaduras solares. No se trata de una medida de tiempo de exposición, sino de una proporción que compara la cantidad de radiación UVB necesaria para producir enrojecimiento (eritema) en la piel protegida con la que se necesita en la piel sin protección.

Imagine que su piel, sin protección, se quema al cabo de 10 minutos de exposición solar. Un protector solar con FPS 30 teóricamente multiplicaría ese tiempo por 30, es decir, 300 minutos. Sin embargo, esta es una simplificación. La eficacia real del FPS se ve afectada por diversos factores, como la cantidad aplicada, la frecuencia de reaplicación, la sudoración, el roce con la ropa o el agua, y la propia variabilidad de la radiación solar.

El proceso de medición del FPS es riguroso. Se realizan pruebas en voluntarios bajo condiciones controladas, exponiendo áreas de piel con y sin protector solar a dosis crecientes de radiación UVB. Se observa el tiempo que tarda en aparecer el enrojecimiento en cada área y se calcula la proporción, obteniendo así el FPS.

Es importante destacar que el FPS se centra principalmente en la protección contra la radiación UVB. Aunque algunos protectores solares también ofrecen protección contra la radiación UVA, responsable del envejecimiento prematuro y del daño a largo plazo, no existe un sistema de medición estandarizado y universalmente reconocido para este tipo de protección. Por lo tanto, buscar la indicación de “amplio espectro” en la etiqueta es crucial para asegurar una protección más completa.

En definitiva, el FPS es una herramienta valiosa para elegir un protector solar adecuado, pero no es la única consideración. La cantidad aplicada (al menos 2mg/cm²), la reaplicación cada dos horas, especialmente después del baño o la sudoración, y la elección de un protector de amplio espectro son fundamentales para una protección eficaz contra los daños solares. No se deje engañar solo por el número, infórmese y elija con criterio para disfrutar del sol de forma segura.