¿Es necesario ducharse después de ir al mar?

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La SEIM recomienda ducharse tras el baño en el mar o piscina, no solo por higiene, sino para evitar problemas como la irritación ocular y las alteraciones respiratorias causadas por la sal, el cloro y otros elementos presentes en el agua.
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El chapuzón marino: ¿Necesitas una ducha después? Más allá de la higiene

El sonido de las olas, la brisa salada en la cara, la arena cálida entre los dedos… el baño en el mar es una experiencia revitalizante que muchos disfrutamos. Sin embargo, la pregunta que surge tras ese refrescante chapuzón es: ¿es realmente necesario ducharse después? La respuesta, según la Sociedad Española de Inmunología y Alergología (SEIM), y respaldada por la evidencia científica, es un rotundo sí.

Si bien la idea de una ducha tras el baño puede parecer una simple cuestión de higiene, la recomendación de la SEIM va mucho más allá. La sal, el cloro (en piscinas), los restos de algas, productos químicos utilizados para el mantenimiento del agua, y otros elementos presentes en el agua marina o clorada, pueden tener un impacto negativo en nuestra salud si no se eliminan adecuadamente.

No se trata únicamente de eliminar la arena o la sensación pegajosa que deja la sal en la piel. La exposición prolongada a estos elementos puede provocar irritaciones cutáneas, especialmente en personas con piel sensible o con afecciones preexistentes como dermatitis atópica o psoriasis. La sal, por ejemplo, puede deshidratar la piel, dejándola seca e incluso agrietada.

Pero los efectos nocivos tras el baño no se limitan a la piel. La inhalación de partículas de sal y otros residuos presentes en el agua puede desencadenar o exacerbar problemas respiratorios, como la irritación de las vías aéreas o empeorar los síntomas en personas con asma o alergias respiratorias. Del mismo modo, la sal y el cloro pueden irritar los ojos, causando conjuntivitis o empeorando la sequedad ocular. En niños pequeños, estos efectos pueden ser aún más pronunciados.

La recomendación de ducharse después de un baño en el mar o en la piscina no es un capricho estético, sino una medida preventiva para proteger nuestra salud. Una ducha con agua dulce no sólo elimina los residuos de la piel y el cabello, sino que también ayuda a limpiar las vías respiratorias y los ojos, minimizando el riesgo de irritaciones y problemas de salud.

En resumen, aunque el atractivo del mar o la piscina resulte irresistible, no debemos olvidar la importancia de una ducha posterior. Es una sencilla precaución que puede marcar una gran diferencia en nuestra salud y bienestar, evitando molestias e incluso problemas más serios a largo plazo. Priorizar una ducha tras el baño es una inversión en nuestra salud que merece la pena.