¿Qué colores no se deben llevar a una boda?

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Evita vestir de blanco en una boda. Este color está reservado tradicionalmente para la novia y llevarlo podría interpretarse como una falta de respeto, robándole protagonismo en su día especial. Opta por otros colores para celebrar el enlace.

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El dilema del invitado: Colores prohibidos en una boda

Asistir a una boda es una celebración llena de alegría y un momento para compartir la felicidad de los novios. Elegir el atuendo adecuado es una muestra de respeto y consideración hacia ellos y el evento. Si bien la invitación puede ofrecer algunas pistas sobre el código de vestimenta, existen ciertas normas no escritas que conviene tener en cuenta. Una de las más importantes se refiere a la elección del color, y en particular, a aquellos que debemos evitar.

El blanco, por supuesto, encabeza la lista. Vestir de blanco en una boda es un error garrafal, casi universalmente considerado una falta de respeto hacia la novia. Este color, tradicionalmente asociado a la pureza y la virginidad, se reserva para la protagonista del día. Llevarlo, incluso en un vestido sencillo o con estampados, podría interpretarse como un intento de robarle protagonismo en su gran momento. Así que, por mucho que te guste ese vestido blanco de verano, guárdalo para otra ocasión.

Más allá del blanco nuclear, existen otros tonos que conviene evitar o, al menos, considerar con cautela. El color marfil, el beige muy claro, el crema e incluso algunos tonos pastel extremadamente pálidos pueden resultar demasiado cercanos al blanco y generar confusión, o incluso incomodidad, especialmente en fotografías. Si tienes dudas, es mejor optar por un color que se diferencie claramente.

Otro color que tradicionalmente se desaconsejaba era el negro, asociado al luto. Sin embargo, esta norma se ha relajado considerablemente en los últimos años, y el negro se ha convertido en una opción elegante y sofisticada para eventos nocturnos. No obstante, si la boda es de día y al aire libre, en un ambiente campestre o playero, es preferible elegir colores más alegres y vibrantes. En caso de duda, puedes combinarlo con accesorios en tonos vivos para darle un toque festivo.

Finalmente, aunque no se trata de un color “prohibido” en sí mismo, es importante tener en cuenta el tono del vestido de las damas de honor. Si conoces el color que llevarán, intenta evitarlo para no confundirte con el cortejo nupcial. Preguntar a la novia o a alguien cercano a ella sobre este detalle puede ser una muestra de consideración y te ayudará a elegir el atuendo perfecto para celebrar su felicidad.

En definitiva, elegir el color adecuado para una boda es una cuestión de respeto y sentido común. Evitar el blanco y sus variantes, considerar el contexto del evento y, en caso de duda, optar por colores que transmitan alegría y celebración, te asegurará una elección acertada y te permitirá disfrutar plenamente de este día tan especial.