¿Qué diferencia hay entre sérum y aceite?

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Aunque ambos productos se utilizan para mejorar la salud del cabello, la principal diferencia radica en su base: los serums pueden estar formulados con agua, aceite o una combinación de ambos, mientras que los aceites siempre se basan en una fórmula oleosa.
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Sérum vs. Aceite Capilar: Descifrando el Dúo de la Hidratación

En el universo del cuidado capilar, sérums y aceites brillan como estrellas prometiendo una melena radiante. A menudo se confunden, pero entender sus diferencias es crucial para elegir el producto adecuado según las necesidades de nuestro cabello. Si bien ambos buscan mejorar la salud y la apariencia de la fibra capilar, su composición y forma de actuar marcan la distinción.

La clave reside en su base. Mientras que los aceites capilares se basan, como su nombre indica, en una fórmula exclusivamente oleosa, derivada de plantas, frutos secos u otros ingredientes naturales, los sérums ofrecen una mayor versatilidad. Su formulación puede ser a base de agua, aceite, o una combinación de ambos, lo que les permite abordar diferentes problemáticas capilares con mayor precisión.

Imaginemos un sérum como un cóctel personalizado para el cabello. Puede contener ingredientes activos como siliconas, proteínas, ceramidas o ácido hialurónico, disueltos en una base acuosa, oleosa o mixta. Esta versatilidad permite crear sérums específicos para controlar el frizz, aportar brillo, proteger del calor, reparar puntas abiertas o incluso estimular el crecimiento. Su textura, generalmente ligera y de rápida absorción, no aporta peso al cabello, ideal para cabellos finos o grasos.

Por otro lado, los aceites capilares son la esencia pura de la hidratación. Su naturaleza lipídica les permite penetrar en la cutícula del cabello, nutriéndola en profundidad y sellando la humedad. Son especialmente beneficiosos para cabellos secos, gruesos o dañados, aportando suavidad, brillo y elasticidad. Sin embargo, su textura densa puede resultar pesada para cabellos finos, por lo que es importante utilizarlos con moderación.

La elección entre sérum y aceite no se trata de uno u otro, sino de comprender qué necesita nuestro cabello. Si buscamos un tratamiento específico para una problemática concreta, como el frizz o las puntas abiertas, un sérum con ingredientes activos puede ser la mejor opción. Si, por el contrario, nuestro objetivo es una hidratación profunda y duradera, un aceite capilar será nuestro mejor aliado.

Incluso, para maximizar los beneficios, se puede incorporar ambos en la rutina capilar. Aplicando primero el sérum para tratar la problemática específica y sellando posteriormente con unas gotas de aceite para retener la hidratación y potenciar el brillo. La clave está en la experimentación y en encontrar la combinación perfecta que se adapte a las necesidades individuales de nuestro cabello.