¿Qué pasa si te metes al agua con un tatuaje recién hecho?

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Un tatuaje recién hecho es una herida abierta, aumentando el riesgo de infección. Evita el agua durante al menos los primeros dos días, y espera al menos dos semanas para nadar o ir a la sauna.
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Sumergirte en el Agua con un Tatuaje Recién Hecho: Riesgos y Recomendaciones

Un tatuaje es una obra de arte que adorna la piel, pero su creación implica un proceso de trauma controlado. La aguja perfora la dermis, depositando tinta en la capa inferior de la piel, creando esencialmente una herida abierta, susceptible a infecciones y complicaciones. Por ello, la pregunta de qué sucede si te metes al agua con un tatuaje recién hecho es crucial para garantizar su correcta cicatrización y la salud de tu piel.

La respuesta, en pocas palabras, es que debes evitar al máximo el contacto del tatuaje recién hecho con el agua, especialmente durante los primeros días. El agua, incluso el agua aparentemente limpia de una ducha, puede transportar bacterias y otros microorganismos que pueden fácilmente colonizar la herida abierta, causando infecciones. Estas infecciones pueden manifestarse de diversas maneras, desde irritaciones leves y enrojecimiento hasta infecciones más graves que requieran atención médica, dejando cicatrices indeseadas o incluso comprometiendo la integridad del tatuaje.

Las piscinas, los mares y las aguas termales, aunque aparenten limpieza, presentan un riesgo aún mayor. Estas aguas albergan una gran cantidad de bacterias, algas y otros patógenos que pueden penetrar en la piel dañada y provocar una infección grave. El cloro, si bien desinfecta, también puede irritar la piel sensible de un tatuaje fresco, causando escozor y prolongando el tiempo de curación.

Además del agua, la humedad prolongada también es perjudicial. Saunas, jacuzzis y baños prolongados pueden crear un ambiente húmedo y cálido que favorece el crecimiento de bacterias. Es crucial mantener el tatuaje limpio y seco, permitiendo que la piel respire y se cure adecuadamente.

¿Cuánto tiempo debo evitar el agua?

Aunque las recomendaciones pueden variar ligeramente según el artista del tatuaje y el cuidado posterior específico que recomiende, la regla general es:

  • Evita el agua completamente durante al menos 48 horas (dos días) después de tatuarte. Esto incluye duchas largas y baños. Limpia la zona suavemente con agua tibia y jabón neutro según las instrucciones de tu artista.
  • Espera al menos dos semanas antes de sumergirte en piscinas, mares, ríos o jacuzzis. En este tiempo, la herida debería haber comenzado a cicatrizar considerablemente, reduciendo el riesgo de infección.
  • Retrasa el uso de saunas y baños de vapor al menos por dos semanas. El calor y la humedad intensa pueden irritar la piel y aumentar el riesgo de complicaciones.

En resumen, el cuidado posterior de un tatuaje es fundamental para su buen resultado. Evitar el agua durante el tiempo recomendado es una parte esencial de este proceso, minimizando el riesgo de infecciones y asegurando que tu nuevo tatuaje se cure correctamente y luzca impecable. Si observas cualquier signo de infección como enrojecimiento excesivo, hinchazón, pus o dolor intenso, consulta inmediatamente a un médico o a tu artista del tatuaje. Prevenir es siempre mejor que curar, y la paciencia en el cuidado de tu tatuaje se verá recompensada con un resultado duradero y saludable.