¿Qué tanto nos protege el bloqueador solar?

El espejismo de la protección solar: ¿Cuánto nos protege realmente el bloqueador?

La promesa de un bronceado seguro y una piel protegida del sol se esconde tras cada botella de bloqueador solar. Pero, ¿hasta qué punto es real esa promesa? Si bien los filtros solares son una herramienta fundamental en la prevención del daño solar, su efectividad no reside únicamente en el factor de protección solar (FPS) impreso en el envase. Es crucial comprender los matices de su protección para utilizarlos correctamente y maximizar su beneficio.

El FPS, un número aparentemente sencillo, nos indica la capacidad del bloqueador para bloquear los rayos UVB, responsables de las quemaduras solares y el envejecimiento prematuro de la piel. Un FPS 15, por ejemplo, bloquea aproximadamente el 93% de estos rayos, mientras que un FPS 30 llega al 96%. Aunque la diferencia parezca pequeña, un FPS 30 ofrece una mayor protección, permitiendo una exposición al sol aproximadamente el doble de tiempo que un FPS 15 antes de que comience a producirse el eritema (enrojecimiento).

Sin embargo, estas cifras son solo el principio de la historia. La creencia de que un FPS 30 ofrece el doble de protección que un FPS 15 es un error común. La realidad es más matizada. La protección ofrecida por cualquier FPS disminuye significativamente con el paso del tiempo, la transpiración, el baño y una aplicación inadecuada. Aplicar una cantidad insuficiente de producto, olvidarse de reaplicar cada dos horas (o con mayor frecuencia si se está nadando o sudando), y no proteger adecuadamente todas las áreas expuestas al sol, son factores que reducen drásticamente la efectividad del bloqueador, independientemente del FPS.

Otro aspecto crucial es la protección contra los rayos UVA, responsables del envejecimiento prematuro y el daño celular a largo plazo. El FPS se centra en los UVB, y aunque muchos bloqueadores ofrecen cierta protección UVA, no siempre se especifica su nivel de forma clara. Buscar productos de “amplio espectro” que protejan contra ambos tipos de rayos es fundamental para una protección completa.

En definitiva, el bloqueador solar es un aliado indispensable en la protección de nuestra piel, pero no es una garantía infalible. Un FPS alto no sustituye las prácticas de protección solar adecuadas, como buscar sombra durante las horas de mayor radiación solar, utilizar ropa protectora y sombreros. La clave reside en una aplicación generosa, repetida con regularidad y acorde a las condiciones de exposición, combinada con un estilo de vida consciente de la protección solar. Solo así podremos aprovechar al máximo el potencial de nuestro bloqueador y minimizar los riesgos asociados a la exposición solar. La protección solar eficaz no es un número en una botella, sino un compromiso con la salud de nuestra piel.