¿Cómo se le llama cuando se junta el Sol y la Luna?

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La alineación del Sol, la Tierra y la Luna da lugar a dos fenómenos: un eclipse solar, cuando la Luna oscurece el Sol, y un eclipse lunar, cuando la Tierra proyecta su sombra sobre la Luna.
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Eclipses: La Danza Cósmica entre el Sol, la Tierra y la Luna

El firmamento nocturno ofrece un espectáculo celestial cautivador cuando los tres cuerpos celestes principales, el Sol, la Tierra y la Luna, se alinean. Esta alineación da lugar a dos fenómenos distintos pero impresionantes: eclipses solares y eclipses lunares.

El Eclipse Solar: El Sol Oscurecido

Cuando la Luna pasa directamente entre la Tierra y el Sol, proyecta una sombra sobre la superficie de nuestro planeta. Esta sombra, conocida como umbra, oscurece completamente el Sol, lo que da lugar a un eclipse solar.

Durante un eclipse solar, la Luna, la Tierra y el Sol están alineados casi perfectamente, y la Luna bloquea la luz del Sol. En algunas áreas, los observadores experimentan una oscuridad total, mientras que en otras ven solo un anillo brillante alrededor de la Luna, llamado eclipse anular.

El Eclipse Lunar: La Luna Enrojecida

Cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, proyecta una sombra sobre la Luna. Esta sombra, conocida como penumbra, oscurece gradualmente la Luna. A medida que la sombra se hace más profunda, la Luna adquiere un distintivo tono rojizo, lo que le da al evento el nombre de eclipse lunar.

Durante un eclipse lunar, la Luna pasa a través de la penumbra y la umbra de la Tierra. En la umbra, la Luna está completamente oscurecida, excepto por los rayos de luz solar roja que se refractan a través de la atmósfera de la Tierra.

La Magia de la Alineación

Los eclipses son eventos astronómicos fascinantes que solo ocurren cuando el Sol, la Tierra y la Luna están perfectamente alineados. La sombra de la Tierra o la Luna se proyecta sobre el otro cuerpo celeste, creando un espectáculo visual extraordinario.

La rareza y la belleza de los eclipses han cautivado a las culturas humanas durante siglos. Históricamente, se han interpretado como presagios o como eventos que simbolizan el cambio y la renovación. En la actualidad, los eclipses siguen siendo objeto de asombro y maravilla, ofreciendo una oportunidad única de presenciar la danza cósmica de nuestro sistema solar.