¿Cuántos astronautas hay en la estación internacional?

Siete guardianes del espacio: La tripulación actual de la Estación Espacial Internacional

La Estación Espacial Internacional (EEI), un faro de colaboración científica y tecnológica que orbita nuestro planeta, es hogar de un selecto grupo de astronautas. En estos momentos, siete individuos conforman la tripulación que reside en este laboratorio orbital, una mezcla de nacionalidades y experiencias que refleja la naturaleza global de la exploración espacial.

A bordo de la EEI, flotando a más de 400 kilómetros sobre la Tierra, se encuentran tres astronautas de la NASA, la agencia espacial estadounidense: Loral O’Hara, Jasmin Moghbeli y Andreas Mogensen. O’Hara, ingeniera de vuelo, se destaca por su experiencia en robótica y su dedicación a la investigación en microgravedad. Moghbeli, comandante de la misión Crew-7, es una piloto condecorada del Cuerpo de Marines de Estados Unidos y aporta una sólida formación en ingeniería aeroespacial. Mogensen, astronauta de la Agencia Espacial Europea (ESA), representa la colaboración internacional en la EEI y contribuye con su experiencia en el ámbito científico. Su presencia subraya la importancia de la cooperación entre diferentes naciones en la conquista del espacio.

Completando la tripulación, tres cosmonautas rusos de Roscosmos, la agencia espacial rusa, aportan su invaluable experiencia: Konstantin Borisov, comandante de la nave Soyuz MS-24, Nikolai Chub, ingeniero de vuelo, y el veterano cosmonauta Oleg Kononenko, quien suma ya una impresionante cantidad de días en el espacio. Su participación continua en la EEI refuerza la larga tradición de Rusia en la exploración espacial y demuestra la solidez de la colaboración con otros países en este desafiante entorno.

Estos siete astronautas, provenientes de diferentes rincones del planeta, trabajan codo a codo en un ambiente de microgravedad, realizando experimentos científicos, manteniendo la estación y contribuyendo al avance del conocimiento humano. Su labor, a menudo invisible desde la Tierra, es crucial para comprender mejor nuestro universo y preparar el camino para futuras misiones espaciales, incluyendo la exploración de la Luna y Marte. Su dedicación y valentía nos inspiran a alcanzar las estrellas y a seguir explorando los confines del cosmos.