¿Cuántos días dura un año en Venus?

El Año Veloz de Venus: Un Día Más Largo que un Año

Venus, nuestro vecino planetario, a menudo se describe como el “gemelo malvado” de la Tierra. Similar en tamaño y masa, su superficie esconde un infierno de calor abrasador y una atmósfera densa y tóxica. Pero una de las peculiaridades más fascinantes de Venus reside en su inusual relación entre su día y su año. Mientras que para nosotros un año es significativamente más largo que un día, en Venus la situación es exactamente al revés.

Un año en Venus, es decir, el tiempo que tarda en completar una órbita alrededor del Sol, dura aproximadamente 225 días terrestres. Esto, en sí mismo, no es extraordinariamente inusual. Sin embargo, lo que sí lo es, es la duración de su día. Mientras que la Tierra completa una rotación en aproximadamente 24 horas, a Venus le toma un tiempo asombrosamente largo: cerca de 243 días terrestres. Esto significa que un día en Venus es más largo que un año en Venus.

Esta sorprendente discrepancia se debe a la extremadamente lenta rotación retrógrada de Venus. A diferencia de la mayoría de los planetas en nuestro sistema solar, que giran sobre su eje en la misma dirección que orbitan el Sol (rotación prograda), Venus gira en dirección opuesta. Esta rotación retrógrada, combinada con su velocidad de rotación excepcionalmente baja, resulta en un día venusiano significativamente más prolongado que su año.

Imaginen un escenario donde el amanecer se retrasa durante meses, y el sol apenas se mueve perceptiblemente en el cielo. Eso es, en esencia, la experiencia de un observador hipotético en la superficie de Venus. La lentitud de su rotación, junto con la densa capa de nubes que envuelve permanentemente al planeta, contribuye a la creación de un entorno único y extremo, muy diferente a cualquier otro en nuestro sistema solar.

En resumen, la respuesta a la pregunta “¿Cuántos días dura un año en Venus?” es 225 días terrestres. Sin embargo, comprender este dato requiere también considerar la peculiaridad de su día, que es considerablemente más largo, lo que convierte a Venus en un verdadero enigma celestial con una danza orbital y rotacional única en su género.