¿Dónde es mayor tu peso, en la Tierra o en la Luna?

La engañosa ligereza lunar: ¿Pesas menos en la Luna?

La idea de flotar en la Luna, dando saltos gigantescos con una facilidad asombrosa, ha cautivado nuestra imaginación desde que el hombre puso un pie en su superficie polvorienta. Esta imagen, aunque romántica, nos lleva a una pregunta fundamental: ¿realmente pesamos menos en la Luna? La respuesta corta es sí, pero la explicación requiere ahondar un poco más allá de la simple percepción de ligereza.

Es crucial distinguir entre masa y peso. La masa es la cantidad de materia que contiene un objeto, una propiedad intrínseca que permanece constante independientemente de dónde se encuentre. El peso, por otro lado, es la fuerza con la que la gravedad atrae a esa masa. Aquí radica la clave de la diferencia entre nuestro peso en la Tierra y en la Luna.

La Tierra, con su mayor tamaño y densidad, ejerce una fuerza gravitatoria considerablemente mayor que la Luna. Esta fuerza, aproximadamente seis veces superior a la lunar, es la que nos mantiene firmemente plantados en el suelo. En la Luna, la menor fuerza gravitatoria se traduce en un peso menor, aunque nuestra masa permanezca exactamente igual.

Por lo tanto, si una persona tiene una masa de 60 kg en la Tierra, su masa seguirá siendo de 60 kg en la Luna. Sin embargo, la fuerza con la que la gravedad lunar atrae esos 60 kg de masa es menor, resultando en un peso equivalente a aproximadamente 10 kg en la Luna. Es decir, la báscula lunar marcaría 10 kg, aunque la cantidad de materia en el cuerpo de la persona no haya variado.

Es importante destacar que la expresión “pesar 60 kg” es, técnicamente, incorrecta. Deberíamos decir “tener una masa de 60 kg” y “pesar aproximadamente 600 Newtons en la Tierra” (utilizando Newtons, la unidad de fuerza). Sin embargo, en el lenguaje cotidiano, utilizamos kilogramos tanto para masa como para peso, lo que puede generar confusión.

En resumen, la sensación de ligereza lunar no se debe a una pérdida de materia, sino a la menor fuerza gravitatoria que ejerce nuestro satélite. Aunque una báscula lunar muestre una cifra menor, nuestra masa permanece constante, recordándonos que la gravedad es la verdadera protagonista de esta fascinante diferencia de peso.