¿Por qué la Luna no gira sobre su propio eje?

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La Luna rota sobre su eje, pero lo hace a la misma velocidad que orbita la Tierra. Este sincronismo, llamado acoplamiento de marea, provoca que siempre veamos la misma cara lunar desde nuestro planeta. La fuerza gravitatoria terrestre es la responsable de este fenómeno.
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¿Por qué la Luna no gira sobre su propio eje?

La Luna, nuestro satélite natural, presenta un intrigante fenómeno: siempre vemos la misma cara desde la Tierra. A diferencia de otros planetas, que rotan sobre sus ejes a velocidades variables, la Luna se mueve sobre su eje a la misma velocidad a la que orbita la Tierra. Este fenómeno, conocido como acoplamiento de marea, es el resultado de la interacción gravitatoria entre estos dos cuerpos celestes.

Acoplamiento de marea

El acoplamiento de marea ocurre cuando un cuerpo celeste (en este caso, la Luna) experimenta la fuerza gravitatoria de otro cuerpo más grande (la Tierra). Esta fuerza deforma el cuerpo en forma de huevo, con una protuberancia apuntando hacia el cuerpo más grande.

En el caso de la Luna, la Tierra ejerce una fuerte atracción gravitatoria en su lado cercano. Esta fuerza estira la Luna hacia la Tierra, creando una protuberancia en ese lado. A medida que la Luna orbita la Tierra, esta protuberancia siempre se alinea con nuestro planeta.

Rotación sincronizada

Debido a la protuberancia causada por la fuerza gravitatoria de la Tierra, la Luna experimenta un torque que la hace girar sobre su eje. Sin embargo, la velocidad de este giro está determinada por la velocidad a la que orbita la Tierra.

A medida que la Luna orbita la Tierra, la protuberancia se ve afectada por la atracción gravitatoria de nuestro planeta. Esto hace que la Luna rote sobre su eje a la misma velocidad a la que orbita, lo que resulta en un movimiento llamado rotación sincronizada.

Cara oculta de la Luna

Como resultado del acoplamiento de marea, siempre vemos la misma cara de la Luna desde la Tierra. Esta cara se conoce como el lado cercano. El lado opuesto de la Luna, que no es visible desde la Tierra, se conoce como el lado lejano.

El lado lejano de la Luna es significativamente diferente del lado cercano, ya que no ha sido influenciado por las interacciones gravitatorias con la Tierra. Presenta cráteres más grandes, cadenas montañosas más altas y una superficie más antigua.

Exploración de la cara oculta

A pesar de que el lado lejano de la Luna no es visible desde la Tierra, ha sido explorado por varias sondas espaciales. La primera nave espacial en fotografiar el lado lejano fue la Luna 3 soviética en 1959. Desde entonces, sondas como el Lunar Reconnaissance Orbiter y el Chang’e 4 han brindado imágenes y datos detallados de esta región lunar oculta.