¿Qué da origen a las fases de la Luna?

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Las fases lunares se originan del cambio en la posición relativa de la Tierra, la Luna y el Sol, ocultando o mostrando la porción iluminada de la Luna, resultando en un ciclo predecible.
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El Origen de las Fases de la Luna

Las fascinantes fases de la Luna, que cambian constantemente a lo largo del mes, son un espectáculo celestial que ha cautivado a la humanidad durante siglos. Pero, ¿qué da origen a este cautivador fenómeno?

El Juego de la Luz y la Posición

Las fases lunares son el resultado de la compleja interacción entre la Tierra, la Luna y el Sol. A medida que nuestro planeta orbita alrededor del Sol, la Luna orbita alrededor de la Tierra. Esta dinámica posición relativa oculta o muestra la porción iluminada de la Luna, creando el ciclo predecible de fases lunares.

El Papel del Sol

El Sol es la fuente de luz que ilumina tanto la Tierra como la Luna. A medida que la Luna orbita la Tierra, una parte de su superficie siempre está orientada hacia el Sol. Esta parte iluminada se conoce como el “lado iluminado” de la Luna.

La Órbita de la Luna

La órbita de la Luna alrededor de la Tierra no es circular, sino elíptica. Esto significa que la distancia entre la Luna y la Tierra varía a lo largo de su órbita. Esta variación en la distancia afecta la cantidad de lado iluminado que podemos ver desde la Tierra.

El Ciclo de Fases

Cuando la Luna está entre la Tierra y el Sol, vemos la cara oscura de la Luna, conocida como “Luna Nueva”. A medida que la Luna orbita la Tierra, gradualmente comienza a mostrar su lado iluminado, lo que resulta en las fases de “Luna Creciente” y “Primer Cuarto”.

A mitad de su órbita, la Luna está en el lado opuesto de la Tierra desde el Sol, mostrando su lado iluminado completo, conocida como “Luna Llena”. A medida que continúa su viaje, se vuelve a alejar del Sol, disminuyendo gradualmente el lado iluminado que vemos, lo que lleva a las fases de “Luna Menguante” y “Último Cuarto”.

Un Ciclo Constante

El ciclo de fases lunares se repite cada 29,5 días, lo que corresponde al tiempo que tarda la Luna en completar una órbita alrededor de la Tierra. Este ciclo ininterrumpido ha cautivado la imaginación humana, inspirando mitos, historias y festivales a lo largo de la historia.