¿Qué plata no se pone negra?

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La plata de ley, como la plata 925, mantiene su brillo; su composición la protege del ennegrecimiento, a diferencia de otras aleaciones de plata con menor pureza. El oscurecimiento es indicativo de una aleación de plata con menor contenido del metal precioso.

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El Misterio del Brillo: ¿Qué Plata No Se Pone Negra?

La plata, metal precioso de antiguo esplendor, es apreciada por su brillo y su maleabilidad. Sin embargo, una característica común que muchos desconocen es su tendencia a ennegrecer con el tiempo. Esta oxidación, que forma una pátina oscura, es un proceso natural que afecta a la mayoría de las piezas de plata. Pero, ¿existe alguna plata que se resista a este cambio de color? La respuesta es sí, y reside en la pureza del metal.

El ennegrecimiento de la plata es una reacción química entre la plata misma y los compuestos de azufre presentes en el aire, la piel y algunos productos químicos. Esta reacción forma sulfuro de plata, responsable del oscurecimiento característico. La velocidad de este proceso depende de varios factores, incluyendo la humedad ambiental y la exposición a contaminantes.

Aquí reside la clave para entender qué plata no se pone negra (o al menos, lo hace mucho más lentamente): la pureza de la plata. La plata de ley, especialmente la plata 925, también conocida como plata esterlina, es una aleación que contiene un 92,5% de plata pura y un 7,5% de otros metales, normalmente cobre. Es precisamente esta aleación la que contribuye significativamente a su resistencia al ennegrecimiento.

El cobre, en este caso, no solo proporciona resistencia y durabilidad a la plata, sino que también influye en la forma en que la plata reacciona con el azufre. Si bien no evita completamente la oxidación, la ralentiza considerablemente en comparación con la plata de menor pureza, como la plata 800 o incluso la plata con un porcentaje de plata aún menor. En estas aleaciones, la mayor proporción de otros metales aumenta la susceptibilidad a la reacción con el azufre, resultando en un ennegrecimiento más rápido y pronunciado.

Por lo tanto, la afirmación de que “la plata de ley no se pone negra” no es completamente cierta, pero sí refleja una realidad: la plata 925 conserva su brillo significativamente más tiempo que otras aleaciones de plata. El oscurecimiento, en el caso de la plata de ley, suele ser más lento y menos intenso, necesitando un mayor periodo de tiempo para hacerse visible. Este hecho la convierte en la opción preferida para joyería y objetos de valor que se desean mantener brillantes por más tiempo. Es importante recordar que, incluso la plata 925, con el tiempo y la exposición a ciertas condiciones, puede ennegrecer. Sin embargo, su resistencia al proceso la diferencia de otras, demostrando que la pureza del metal es, en última instancia, el factor determinante en la respuesta a la pregunta: ¿qué plata no se pone negra? La respuesta, en esencia, es la plata de ley, aunque su brillo perdure gracias a la cuidadosa composición de su aleación.