¿Qué se entiende por color materia?

El Color Materia: Más Allá del Pigmento

Cuando hablamos de color, a menudo pensamos en la luz y su descomposición en el espectro visible. Sin embargo, existe otra dimensión del color, una que se materializa en la textura y la sustancia: el color materia. Este concepto, aunque no formalmente establecido en la teoría del color, nos permite comprender la particularidad cromática que se manifiesta en los medios pictóricos y otros materiales artísticos. No se trata simplemente de la percepción del color a través de la luz reflejada, sino de la propia materialidad del color, de su presencia física y palpable.

El color materia se define por la interacción entre el pigmento, el aglutinante y el soporte. Va más allá de la simple aplicación de un pigmento artificial, como se podría interpretar inicialmente. Es la conjunción de estos tres elementos la que otorga al color su carácter específico. Los pigmentos, ya sean orgánicos o inorgánicos, aportan la base cromática. El aglutinante, que puede ser aceite, acrílico, cera, etc., determina la consistencia, la textura y el brillo del color. Finalmente, el soporte, ya sea lienzo, madera, papel o metal, influye en la absorción y la reflexión de la luz, modificando sutilmente la percepción del color.

Pensemos, por ejemplo, en la diferencia entre un azul ultramar en óleo sobre lienzo y el mismo pigmento en acrílico sobre papel. Aunque nominalmente se trate del mismo color, la experiencia visual es distinta. El óleo, con su textura untuosa y su lento secado, permite una mayor fusión de los colores y una profundidad cromática que el acrílico, más mate y de secado rápido, no alcanza. A su vez, la textura del lienzo absorbe parte del óleo, creando una vibración cromática diferente a la del papel, que refleja la luz de manera más directa.

El color materia, por lo tanto, no se limita a la gama de tonalidades disponibles en un catálogo de pinturas. Abarca la corporeidad del color, su densidad, su opacidad, su brillo, su textura. Es el color que se puede tocar, sentir, manipular. Es el color que se convierte en materia prima de la creación artística, permitiendo al artista explorar no solo la dimensión visual, sino también la táctil y la expresiva del color. Es en esta interacción compleja donde reside la riqueza y la singularidad del color materia, un concepto que nos invita a mirar más allá de la superficie y a adentrarnos en la propia sustancia del color.