¿Quién fue el último en ir a la Luna?

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Harrison Schmitt fue el último astronauta en pisar la Luna. Formó parte de la misión Apolo 17 en 1972, junto a Eugene Cernan, quien fue el último en hacerlo.

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El último suspiro de la humanidad en la Luna: Harrison Schmitt y el legado del Apolo 17

El polvo lunar, fino como el talco y de un gris inmaculado, aún guarda la huella de las últimas botas humanas que lo pisaron. No fue un final silencioso, ni mucho menos, pero sí el fin de una era dorada de exploración espacial: la era de los alunizajes tripulados. Si bien Eugene Cernan es recordado popularmente como el último hombre en la Luna, por haber sido el último en abandonar su superficie, la historia esconde un detalle crucial que reconfigura la narrativa: Harrison Schmitt, geólogo y miembro de la tripulación del Apolo 17, fue el último en dejar su marca en nuestro satélite.

La misión Apolo 17, lanzada el 7 de diciembre de 1972, no fue una simple repetición de las anteriores. A diferencia de sus predecesoras, que priorizaban la conquista del espacio mismo, el Apolo 17 tenía un objetivo científico ambicioso: la exploración geológica detallada del Valle de Taurus-Littrow. Esta elección se tradujo en una misión más larga y con un programa de investigación exhaustivo, que requería la experiencia única de Schmitt, el único científico-astronauta en pisar la Luna.

Mientras Cernan, comandante de la misión, se encargaba de las tareas de navegación y operaciones, Schmitt se dedicaba a la recogida de muestras de rocas y suelo lunar, realizando un minucioso trabajo de campo que aportó una valiosa información sobre la geología lunar y la historia temprana del Sistema Solar. Sus observaciones y las muestras recolectadas, incluso hoy en día, siguen siendo objeto de estudio y análisis. Fue gracias a su experticia que la misión Apolo 17 superó en riqueza científica a sus predecesoras, dejando un legado que trasciende la simple conquista espacial.

La imagen de Cernan despidiéndose de la Luna, con la bandera estadounidense ondeando en la distancia, ha perdurado en la memoria colectiva. Sin embargo, es importante recordar que fue Schmitt quien, momentos antes, completó la recolección de muestras, grabó las últimas observaciones geológicas y dio el último paso en el polvo lunar antes de que la puerta del módulo lunar se cerrara. Su presencia, a menudo eclipsada por la figura del comandante, representa un elemento fundamental para entender el propósito científico tras la última misión Apolo.

El final de las misiones Apolo marcó un paréntesis en la exploración humana del espacio. Cincuenta años después, la nostalgia por aquellos días de exploración espacial y el recuerdo del último paseo lunar, protagonizado por Schmitt y Cernan, nos impulsa a reflexionar sobre el futuro de la humanidad más allá de la Tierra. La historia del último hombre en la Luna, o más correctamente, del último científico en pisar la Luna, es una historia de exploración, descubrimiento y un testimonio perdurable del espíritu humano de aventura. Una historia que, aunque conocida en sus trazos generales, merece ser recordada en toda su complejidad y con el justo reconocimiento a todos sus protagonistas, incluyendo al último en dejar su huella en el polvo lunar, el geólogo Harrison Schmitt.