¿Cómo lavar un termo para que no se dañe?

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Antes del primer uso y tras cada lavado, limpia tu termo con agua tibia y jabón suave. Enjuaga a fondo y sécalo con un paño limpio, dejándolo destapado para que se airee completamente y elimine cualquier olor residual. Evita usar productos abrasivos.

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Cómo lavar un termo para evitar daños

Mantener un termo limpio es esencial para garantizar su longevidad y rendimiento óptimo. Sigue estos pasos para limpiar tu termo de forma eficaz sin dañarlo:

Antes del primer uso:

  • Lava el termo con agua tibia y jabón suave.
  • Enjuágalo bien y elimina el exceso de agua.
  • Deja que el termo se seque al aire libre, destapado, para eliminar cualquier olor residual.

Después de cada uso:

  1. Lava el termo regularmente: Vacía el contenido restante y enjuágalo con agua tibia.
  2. Utiliza un detergente suave: Agrega una pequeña cantidad de jabón suave al agua tibia y agita el termo para crear espuma.
  3. Limpia el interior: Usa una esponja o cepillo suave para limpiar el interior del termo, prestando atención a las esquinas y ranuras.
  4. Enjuaga bien: Enjuaga el termo con abundante agua tibia para eliminar cualquier resto de jabón.
  5. Seca el termo: Deja que el termo se seque al aire libre, destapado, para evitar el crecimiento de bacterias y moho.

Consejos adicionales:

  • Evita los productos abrasivos: No utilices lejía, cloro ni detergentes abrasivos, ya que pueden dañar el acabado del termo.
  • Retira las manchas difíciles: Si hay manchas persistentes, puedes remojar el termo en una solución de vinagre blanco y agua durante unas horas antes de lavarlo.
  • Lava las tapas y juntas: Lava las tapas y las juntas de goma por separado con agua tibia y jabón. Sécalas bien antes de volver a colocarlas.
  • No pongas el termo en el lavavajillas: El calor y los productos químicos agresivos del lavavajillas pueden dañar el aislamiento y el acabado del termo.