¿Cómo se debe dividir el plato del buen comer?

0 ver

El Plato del Bien Comer promueve una alimentación equilibrada, distribuyendo los alimentos en tres grupos esenciales: frutas y verduras para vitaminas y fibra; cereales y tubérculos como fuente de energía; y leguminosas y alimentos de origen animal que aportan proteínas y otros nutrientes.

Comentarios 0 gustos

El Plato del Bien Comer: Tu Guía para una Alimentación Equilibrada

En un mundo donde la información sobre nutrición puede ser abrumadora y a menudo contradictoria, el Plato del Bien Comer emerge como una herramienta sencilla y visual para construir una dieta equilibrada y saludable. Esta guía, diseñada y promovida en México, nos ofrece un marco fácil de entender para asegurarnos de consumir todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para funcionar de manera óptima. Lejos de ser una dieta restrictiva, el Plato del Bien Comer se centra en la proporción y la variedad de los alimentos que consumimos.

Pero, ¿cómo se debe dividir este plato ideal? La clave reside en entender los tres grandes grupos de alimentos que lo componen y cómo interactúan entre sí.

1. Frutas y Verduras: La Base del Bienestar

Este grupo ocupa la mayor proporción del plato, y con razón. Las frutas y verduras son ricas en vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes. Estos componentes son esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, fortaleciendo nuestro sistema inmunológico, protegiéndonos contra enfermedades y regulando el tránsito intestinal.

  • Variedad es la clave: No te limites a las mismas frutas y verduras. Opta por diferentes colores y texturas para asegurar una amplia gama de nutrientes.
  • Abundancia sin restricciones: Puedes consumir frutas y verduras en grandes cantidades sin preocuparte por el exceso de calorías.
  • Prioridad a lo fresco y de temporada: Los alimentos frescos de temporada suelen ser más nutritivos y económicos.

2. Cereales y Tubérculos: Energía Sostenible

Este grupo nos proporciona la energía necesaria para realizar nuestras actividades diarias. Los cereales y tubérculos son ricos en hidratos de carbono complejos, que se liberan lentamente en el organismo, evitando picos de azúcar en la sangre y proporcionando una energía sostenida.

  • Prioriza los granos integrales: Opta por opciones integrales como el arroz integral, la avena, el trigo integral o la quinoa, ya que contienen más fibra y nutrientes que sus contrapartes refinadas.
  • Modera las porciones: Aunque son importantes, los cereales y tubérculos deben consumirse con moderación, ya que un exceso puede contribuir al aumento de peso.
  • Ejemplos comunes: Incluyen el maíz, el arroz, el trigo, la avena, la papa, el camote y el plátano macho.

3. Leguminosas y Alimentos de Origen Animal: Construyendo y Reparando

Este grupo nos aporta proteínas, esenciales para la construcción y reparación de tejidos, así como otros nutrientes importantes como el hierro y el zinc. Las leguminosas y los alimentos de origen animal son cruciales para el crecimiento, el desarrollo y el mantenimiento de la masa muscular.

  • Leguminosas: una alternativa saludable y económica: Frijoles, lentejas, garbanzos y habas son excelentes fuentes de proteína vegetal, fibra y hierro.
  • Alimentos de origen animal: elige opciones magras: Opta por carnes blancas como el pollo o el pescado, y limita el consumo de carnes rojas y procesadas.
  • Variedad en la proteína animal: Incluye huevos, lácteos bajos en grasa y pescado en tu dieta para obtener una variedad de nutrientes.
  • Moderar el consumo: Este grupo debe consumirse con moderación, especialmente los alimentos de origen animal, ya que pueden ser ricos en grasas saturadas.

En resumen, ¿cómo dividir el plato?

Imagina tu plato dividido en tres secciones:

  • La mitad del plato: Dedicada a las frutas y verduras.
  • Un cuarto del plato: Para los cereales y tubérculos integrales.
  • El otro cuarto del plato: Reservado para las leguminosas y los alimentos de origen animal, dando prioridad a las leguminosas y a las opciones magras de origen animal.

Más allá del Plato: Consejos Complementarios

  • Hidratación: Bebe suficiente agua a lo largo del día.
  • Ejercicio: Complementa una buena alimentación con actividad física regular.
  • Adaptación: Ajusta las porciones y los tipos de alimentos según tus necesidades individuales y nivel de actividad.
  • Consulta a un profesional: Si tienes dudas o necesidades específicas, consulta a un nutriólogo para una asesoría personalizada.

El Plato del Bien Comer no es una regla estricta, sino una guía flexible que te permite crear comidas equilibradas y saludables. Al entender los principios básicos de este modelo, puedes tomar decisiones informadas sobre tu alimentación y disfrutar de una vida más sana y vibrante. Recuerda, la clave está en la variedad, la proporción y el equilibrio. ¡Buen provecho!