¿Cómo se hace un servicio a la mesa?

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Al servir la comida, se debe hacerlo por el lado izquierdo del comensal, mientras que la bebida y la copa de vino se colocan a su derecha. Para un servicio impecable, se retiran los platos vacíos por la derecha y, antes de los postres, se recogen las migas con un recogedor y se retiran los platitos del pan.
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El arte de servir a la mesa: Una guía para un servicio impecable

En el mundo de la gastronomía, un buen servicio a la mesa es tan importante como la calidad de la comida. Es la guinda del pastel, la que transforma una simple comida en una experiencia memorable. Para lograrlo, hay una serie de detalles a tener en cuenta, que van más allá de simplemente colocar la comida en la mesa.

El lado correcto para cada cosa:

Un buen servicio se caracteriza por su fluidez y precisión. Al servir la comida, debemos hacerlo por el lado izquierdo del comensal, evitando invadir su espacio personal y facilitando su acceso al plato. De igual manera, las bebidas y la copa de vino se colocan a su derecha, facilitando su alcance sin necesidad de cruzar el cuerpo.

Un servicio sin interrupciones:

Para garantizar un servicio impecable, se deben retirar los platos vacíos por la derecha, sin interrumpir la conversación o la degustación del siguiente plato. Este detalle, aparentemente insignificante, evita distracciones y crea una atmósfera relajada.

El toque final:

Antes de servir el postre, es fundamental retirar las migas de la mesa con un recogedor. Este gesto sutil aporta un toque de elegancia y prepara el escenario para el siguiente plato. Asimismo, se retiran los platitos del pan, dejando la mesa lista para la nueva experiencia gustativa.

Más que un protocolo:

El servicio a la mesa no se trata solo de seguir reglas, sino de crear una experiencia agradable para el comensal. La atención personalizada, la anticipación a las necesidades del cliente y la discreción son esenciales para un servicio impecable. Un servidor atento y profesional se convierte en un acompañante silencioso, que facilita el disfrute de la comida y la conversación.

En definitiva, un servicio a la mesa bien realizado es un arte que se perfecciona con la práctica y la atención al detalle. Dominar estas técnicas eleva la experiencia gastronómica y convierte una simple cena en un momento inolvidable.