¿Cómo se les dice a los platos?

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Los platos, también conocidos como viandas, son porciones de alimento que se sirven en una comida.

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El Lenguaje Sabroso de los Platos: Más Allá de “Comida” y “Viandas”

Decir “platos” es mucho más que referirse a la simple porción de comida que nos sirven. Si bien la definición básica que indica que los platos (también llamados viandas) son las porciones de alimento servidas en una comida es correcta, el lenguaje que utilizamos para referirnos a ellos puede ser mucho más rico, variado y revelador.

No se trata solo de la necesidad de ser precisos, sino también de evocar sensaciones, destacar características e incluso establecer un diálogo más profundo con la gastronomía. Evitar la monotonía de la palabra “plato” nos abre un abanico de posibilidades lingüísticas que enriquecen la experiencia culinaria.

¿Cómo podemos entonces expandir nuestro vocabulario para hablar de la comida que nos sirven? Aquí algunas opciones y matices:

  • Considerando la función: Podemos utilizar términos que describan el papel del plato dentro de la comida. Hablamos de “entrante” o “aperitivo” para las preparaciones ligeras que inician la experiencia, de “plato principal” o “fuerte” para la estrella de la comida, y de “postre” o “dulce” para la conclusión.
  • Atendiendo a la presentación: La forma en que un plato se presenta visualmente puede inspirar nuestra elección de palabras. Podemos referirnos a una “creación” o “composición” si la presentación es especialmente artística, o a un “montaje” si se trata de una disposición compleja de ingredientes.
  • Destacando los ingredientes principales: En lugar de decir simplemente “el plato de pescado,” podemos hablar del “salmón a la plancha con salsa de eneldo” o la “paella valenciana.” Esta especificidad no solo informa, sino que también despierta la curiosidad y el apetito.
  • Refiriéndonos a la técnica de cocción: Hablar del “guiso de lentejas”, el “asado criollo” o el “estofado de ternera” permite identificar el método de preparación y evocar sabores y texturas particulares.
  • Utilizando sinónimos más elegantes: En contextos formales, podemos recurrir a alternativas como “preparación,” “manjar,” “delicatessen,” “especialidad,” “oferta culinaria,” o incluso “degustación.”
  • Incorporando el origen o la inspiración: “La pasta alla carbonara” evoca Italia, mientras que “el curry de pollo al estilo tailandés” nos transporta a Asia. Mencionar el origen de un plato añade contexto cultural y riqueza a la conversación.

Más allá de la mera descripción:

En definitiva, la forma en que nos referimos a los platos no solo es una cuestión de vocabulario, sino también de sensibilidad y aprecio por la gastronomía. Utilizar un lenguaje preciso y evocador nos permite:

  • Comunicar mejor: Facilitando la comprensión y evitando confusiones.
  • Enriquecer la experiencia: Convirtiendo la comida en algo más que una necesidad fisiológica.
  • Conectar con la cultura: A través del lenguaje de los sabores y las tradiciones.

En lugar de limitarnos a decir “plato,” exploremos las infinitas posibilidades lingüísticas que la gastronomía nos ofrece. ¡Atrevámonos a hablar con sabor!