¿Cuándo se quita el plato base?

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El plato base, elemento decorativo fundamental, se mantiene en la mesa a lo largo de la comida, salvo excepciones. Su retirada solo es necesaria para acomodar un plato principal voluminoso o, al finalizar el plato principal, para el postre.

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El Plato Base: Un Elemento de Elegancia y Práctica en la Mesa

El plato base, ese discreto pero fundamental compañero de la vajilla, a menudo pasa desapercibido a pesar de su importante rol en la estética y la funcionalidad de una mesa puesta. Su presencia, generalmente de mayor tamaño y diseño más sobrio que los platos de servicio, aporta una base elegante y protege la mesa de posibles derrames y manchas, manteniendo la armonía visual durante toda la comida. Pero, ¿cuándo es apropiado retirarlo?

La respuesta corta es: con moderación y solo cuando sea necesario. La norma general dicta que el plato base permanecerá en la mesa a lo largo de toda la comida, sirviendo como un elemento constante de presentación. Su retirada, más que una regla, es una excepción que se justifica en dos situaciones principalmente:

1. Para acomodar un plato principal voluminoso: Si el plato principal es excepcionalmente grande, como una fuente de asado para compartir o una pieza de carne particularmente imponente, la retirada del plato base puede ser necesaria para evitar que la mesa se vea sobrecargada y facilitar el servicio y la comodidad de los comensales. En este caso, el plato principal se sirve directamente sobre el mantel o sobre un mantel individual, dependiendo del protocolo establecido.

2. Tras el plato principal, para el postre: Una vez finalizado el plato principal y retirados los platos usados, la retirada del plato base es común para dar paso al postre y su correspondiente vajilla. Esto permite una limpieza visual y prepara la mesa para la siguiente etapa de la comida, aportando una sensación de frescura y orden. En este caso, el postre se suele servir en un plato más pequeño y elegante, sin necesidad del plato base de apoyo.

Es importante destacar que la decisión de retirar el plato base debe tomarse con criterio. Una mesa excesivamente despojada puede resultar fría e impersonal. Por el contrario, una mesa abarrotada da una impresión de caos. El buen gusto reside en encontrar el equilibrio entre ambos extremos. En la mayoría de los casos, la presencia continua del plato base contribuye a una puesta en escena más elegante y organizada, creando un ambiente más armonioso y confortable para los comensales. Por tanto, a menos que la situación lo requiera expresamente por motivos de espacio o comodidad, el plato base debe permanecer en su lugar durante la comida, desempeñando su discreto pero esencial papel.