¿El agua destilada es lo mismo que el agua potable?

Agua destilada vs. agua potable: ¿una diferencia más allá de la pureza?

El agua, esencial para la vida, se presenta en diversas formas. Aunque a menudo se usan indistintamente los términos “agua pura” y “agua potable”, existe una diferencia crucial en su composición y, por extensión, en sus propiedades. Analicemos la distinción entre agua destilada y agua potable.

Si bien el agua destilada es apta para el consumo humano, difiere significativamente del agua potable en su composición. El agua potable, en su forma natural, contiene una variedad de minerales y otras sustancias disueltas. Estos elementos, desde el calcio y el magnesio hasta el flúor y el sodio, influyen en el sabor, el olor y la textura del agua, y además contribuyen a su valor nutritivo en algunos casos.

El agua destilada, por el contrario, es esencialmente agua pura. El proceso de destilación elimina la mayor parte, si no todas, las impurezas, incluyendo los minerales y otras sustancias disueltas presentes en el agua natural. Esta “pureza” extrema, aunque a menudo considerada una ventaja en aplicaciones específicas como la electrónica, no refleja la complejidad química del agua ideal para el consumo humano.

La diferencia no reside únicamente en la ausencia de minerales. La composición mineral del agua potable influye en su impacto fisiológico. Algunos minerales, en concentraciones adecuadas, son esenciales para el correcto funcionamiento del cuerpo. Si bien el agua destilada no es dañina, su ingesta prolongada podría llevar a la pérdida de minerales esenciales. El cuerpo humano, adaptado a la ingesta de agua con minerales, puede beneficiarse de la presencia de estos en el agua potable.

En resumen, la distinción entre agua destilada y agua potable no es simplemente una cuestión de impurezas. El agua destilada, aunque segura para beber, se caracteriza por su extrema pureza, en contraposición al agua potable, que presenta una composición mineral y de otros compuestos disueltos que contribuyen a su sabor y a la salud. Es crucial entender que “pura” no siempre es sinónimo de “óptima para el consumo humano”.