¿Qué hace el estómago cuando no comemos?

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Tras un ayuno de más de dos horas, el estómago se contrae rítmicamente, impulsando los restos de alimento al intestino delgado. Esta actividad, junto a la mezcla de jugos gástricos y aire, genera los característicos ruidos intestinales, conocidos como borborigmos.

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El Silencio del Estómago: Un Ritmo Interior

Tras una pausa en la ingesta, tras más de dos horas sin alimento, el estómago, lejos de estar inactivo, despliega una compleja actividad que, aunque imperceptible, es fundamental para el correcto funcionamiento del sistema digestivo. Deja de procesar los alimentos que ha recibido, y se centra en tareas de limpieza y preparación para la siguiente comida.

El estómago, un órgano muscular, no cesa su trabajo. En ausencia de comida, se inicia un proceso de contracción rítmica, casi imperceptible para la persona. Estas contracciones, conocidas como peristalsis, se suceden a intervalos regulares. Su función es crucial: empujan los residuos de alimento aún presentes, los restos de la comida anterior, hacia el intestino delgado, donde el proceso digestivo continúa. Esta acción, combinada con la mezcla constante de los jugos gástricos y el aire ingerido, genera los sonidos que muchos identifican como “ruidos de estómago”, o más apropiadamente, borborigmos.

Estos ruidos, a menudo considerados una señal de hambre, son un indicativo de la actividad peristáltica en curso. Son, en realidad, un testimonio del trabajo interno del estómago, un proceso fundamental para la digestión, que incluso en ausencia de alimentos, se mantiene en un ciclo de limpieza y preparación. No se trata de una simple señal de vacío, sino de un mecanismo eficiente que asegura el correcto vaciamiento del estómago, liberándolo para la siguiente ingesta y preparando el tracto digestivo para la llegada de nuevos nutrientes. La intensidad y frecuencia de los borborigmos puede variar dependiendo de diversos factores, como la composición de la última comida, el ritmo metabólico individual, y la presencia de alguna alteración en la función gastrointestinal.

Más allá de la sensación auditiva, estos procesos fisiológicos son esenciales para mantener la salud digestiva. El correcto vaciamiento del estómago previene la acumulación de residuos que podrían causar molestias o, incluso, complicaciones. En definitiva, el silencio aparente del estómago tras las comidas es un testimonio de un trabajo continuo e indispensable para el buen funcionamiento del sistema digestivo.