¿Cuál es la mejor hora para comer frutos secos?

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Consumir frutos secos unas horas antes de dormir, como almendras, nueces o pistachos, puede mejorar el descanso. Estos estimulan la melatonina, la hormona del sueño.
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Un puñado de sueño: ¿Por qué consumir frutos secos antes de dormir?

En la búsqueda incansable de un descanso reparador, muchas veces nos encontramos probando diferentes métodos, desde infusiones relajantes hasta técnicas de meditación. Sin embargo, existe un aliado delicioso y accesible que podría ser la clave para conciliar el sueño: los frutos secos.

Mientras que el consumo excesivo de alimentos antes de dormir puede ser contraproducente, incluir una pequeña cantidad de almendras, nueces o pistachos en nuestra rutina nocturna puede tener un impacto positivo en la calidad del sueño.

El secreto reside en su capacidad de estimular la producción de melatonina, la hormona que regula nuestro ciclo de sueño-vigilia. Esta hormona, liberada por la glándula pineal, se activa con la oscuridad y nos induce al sueño. Los frutos secos, especialmente las almendras, son ricos en triptófano, un aminoácido esencial que el cuerpo utiliza para producir melatonina.

Pero, ¿cuál es la mejor hora para disfrutar de este beneficio? Lo ideal es consumir un puñado de frutos secos entre una y dos horas antes de acostarse. Esto permite que el organismo tenga tiempo suficiente para procesar el triptófano y aumentar los niveles de melatonina de forma natural.

Más allá de la melatonina:

Además de su contenido en triptófano, los frutos secos son una excelente fuente de magnesio, un mineral que favorece la relajación muscular y reduce la ansiedad, dos factores clave para un sueño profundo.

Recomendaciones para incluirlos en tu rutina nocturna:

  • Cantidad moderada: Un puñado pequeño (20-30 gramos) es suficiente.
  • Variedad: Intercala entre almendras, nueces, pistachos y otros frutos secos.
  • Evita el exceso de sal: Opta por versiones naturales o tostadas sin sal añadida.
  • Combínalos: Disfrútalos con un vaso de leche tibia o un yogur natural para potenciar aún más sus beneficios.

En definitiva, incorporar un puñado de frutos secos a nuestra rutina nocturna puede ser una estrategia sencilla y efectiva para mejorar la calidad del sueño. Un pequeño gesto que, gracias a su contenido en triptófano y magnesio, puede marcar una gran diferencia en nuestro descanso y bienestar general.