¿Cuánto sodio se puede reponer en 24 horas?

11 ver
La corrección del sodio sérico debe ser gradual, sin superar un incremento de 8 mmol/L en 24 horas. Si bien se permite una corrección inicial más rápida, la velocidad debe reducirse una vez aliviados los síntomas severos, priorizando la seguridad del paciente.
Comentarios 0 gustos

Corrección gradual del sodio sérico: Reposición segura en 24 horas

El sodio es un electrólito crucial que juega un papel vital en el equilibrio hídrico y el funcionamiento del sistema nervioso. Cuando los niveles de sodio en sangre (sodio sérico) disminuyen demasiado (hiponatremia), es esencial reponer el sodio de forma gradual para evitar complicaciones.

Velocidad de reposición

La corrección del sodio sérico debe ser gradual y cuidadosamente controlada para garantizar la seguridad del paciente. La velocidad de reposición recomendada es:

  • No más de 8 mmol/L en 24 horas

Esta velocidad lenta permite que los niveles de sodio aumenten de manera segura, minimizando el riesgo de efectos adversos graves.

Corrección inicial más rápida

En casos graves de hiponatremia, donde los síntomas son potencialmente mortales (p. ej., convulsiones, coma), se puede permitir una corrección inicial más rápida:

  • Hasta 12 mmol/L en las primeras horas

Sin embargo, una vez que los síntomas graves se hayan aliviado, la velocidad de corrección debe reducirse a 8 mmol/L por 24 horas.

Prioridad de la seguridad

La seguridad del paciente debe ser la máxima prioridad al corregir los niveles de sodio sérico. Los médicos sopesarán los riesgos y beneficios de la corrección rápida frente a la corrección gradual, teniendo en cuenta factores como:

  • Gravedad de la hiponatremia
  • Estado neurológico del paciente
  • Presencia de otras afecciones médicas

Puntos clave

  • La corrección del sodio sérico debe ser gradual, con un máximo de 8 mmol/L en 24 horas.
  • Se permite una corrección inicial más rápida en casos graves, pero la velocidad debe reducirse una vez aliviados los síntomas.
  • La seguridad del paciente es primordial y debe guiar las decisiones sobre la velocidad de corrección.