¿Qué alimentos empeoran la dermatitis?

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Para niños con dermatitis atópica moderada-severa, reducir el consumo de alimentos inflamatorios es clave. Se recomienda evitar comida chatarra, lácteos, gluten, harinas blancas, alcohol, azúcar refinada, tomates y cítricos, optando por alternativas antiinflamatorias.
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Alimentando la Piel Sana: Cómo la Dieta Puede Ayudar a la Dermatitis Atópica

La dermatitis atópica, especialmente en su forma moderada-severa, puede ser un desafío para los niños y sus familias. Mientras que el tratamiento médico sigue siendo crucial, la alimentación juega un papel fundamental en el control de los síntomas. En este sentido, identificar y reducir el consumo de alimentos inflamatorios puede marcar una diferencia significativa.

A diferencia de lo que se cree popularmente, la relación entre la dieta y la dermatitis atópica no se basa en alergias alimentarias inmediatas, sino en la respuesta inflamatoria que ciertos alimentos pueden desencadenar en el organismo. En niños con dermatitis atópica moderada-severa, esta respuesta inflamatoria puede exacerbar la afección, empeorando la sequedad, el picor y la inflamación de la piel.

¿Qué alimentos evitar?

La lista de alimentos que pueden empeorar la dermatitis atópica en niños no es exhaustiva, pero algunos ingredientes comunes merecen una atención particular:

  • Comida chatarra: Alta en grasas saturadas, azúcares añadidos y aditivos, los alimentos procesados suelen ser proinflamatorios.
  • Lácteos: La caseína y la lactosa, proteínas presentes en la leche y sus derivados, pueden desencadenar una respuesta inflamatoria en algunos individuos.
  • Gluten: El gluten, presente en el trigo, el centeno y la cebada, puede irritar el tracto gastrointestinal y contribuir a la inflamación sistémica.
  • Harinas blancas: Refinadas y carentes de fibra, las harinas blancas pueden aumentar la inflamación.
  • Alcohol: El consumo de alcohol puede aumentar la permeabilidad intestinal, permitiendo que más sustancias dañinas entren al torrente sanguíneo y contribuyan a la inflamación.
  • Azúcar refinada: Los azúcares procesados, como el azúcar blanco, pueden promover la inflamación sistémica, afectando a la piel.
  • Tomates y cítricos: Aunque no son tan comunes en la lista de desencadenantes de inflamación en la dermatitis atópica, algunos individuos pueden ser sensibles a ellos y experimentar un empeoramiento de los síntomas.

Alternativas antiinflamatorias:

En lugar de eliminar por completo estos grupos de alimentos, es importante reemplazarlos con opciones más saludables y antiinflamatorias. Priorizar alimentos ricos en nutrientes que promueven la salud intestinal y la regulación inmunitaria es fundamental.

  • Frutas y verduras frescas: Contienen antioxidantes y nutrientes esenciales que pueden ayudar a reducir la inflamación.
  • Frutas silvestres: Las bayas y otras frutas silvestres están llenas de antocianinas y otros compuestos que tienen un efecto positivo en la salud de la piel.
  • Pescado graso: El salmón, el atún y otras variedades de pescado graso contienen ácidos grasos omega-3, esenciales para la salud de la piel y la reducción de la inflamación.
  • Cereales integrales: Ofrecen una fuente de fibra y nutrientes esenciales que ayudan a mantener la salud digestiva.
  • Proteínas magras: El pollo, el pavo y el pescado son fuentes de proteínas esenciales sin los desencadenantes inflamatorios de ciertos alimentos.
  • Hidratos de carbono complejos: Arroz integral, legumbres y otros hidratos de carbono complejos son mejores opciones que los hidratos de carbono simples.
  • Agua: Fundamental para la hidratación general y la salud de la piel.

Importancia de la consulta médica:

Es crucial recordar que este artículo proporciona información general sobre la dieta y la dermatitis atópica. La mejor estrategia para manejar la dermatitis atópica en niños es en consulta con un médico o un nutricionista. Un profesional de la salud podrá realizar una evaluación individualizada, identificar posibles alergias o intolerancias alimentarias y recomendar una dieta específica para cada caso. Esta guía no sustituye el consejo médico y siempre es necesario consultar con un profesional para obtener un plan personalizado.