¿Qué alimentos tienen trimetilamina?

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La trimetilamina se encuentra en alimentos como la yema de huevo, vísceras (hígado y riñón), soja y sus derivados. Además, está presente en algunas legumbres como las judías y los guisantes, así como en verduras crucíferas como la col, el brócoli y la coliflor. Es importante considerar estos alimentos en dietas específicas.

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La Trimetilamina en la Dieta: Más Allá del “Olor a Pescado”

La trimetilamina (TMA) es un compuesto orgánico con un olor a pescado podrido, notoriamente asociado con la trimetilaminuria, un trastorno metabólico genético. Sin embargo, la TMA no solo se encuentra en productos del mar en descomposición; está presente, en cantidades variables y generalmente inocuas, en una gama sorprendentemente amplia de alimentos comunes en nuestra dieta. Comprender su presencia en estos alimentos es crucial, especialmente para individuos con predisposición genética a la trimetilaminuria o aquellos que siguen dietas específicas para controlar sus niveles de TMA.

Mientras que el pescado es la fuente más conocida y a menudo la responsable de olores desagradables asociados a la TMA, la realidad es que numerosos alimentos vegetales y de origen animal la contienen. La yema de huevo, por ejemplo, presenta niveles detectables de TMA, aunque generalmente en cantidades mucho menores que las encontradas en pescado descompuesto. De manera similar, las vísceras, como el hígado y el riñón, son fuentes notables de este compuesto. Su consumo en grandes cantidades podría contribuir a un aumento en los niveles de TMA en el organismo.

El reino vegetal también aporta su cuota. La soja y sus derivados, incluyendo la leche de soja, el tofu y la salsa de soja, contienen TMA. Su consumo, cada vez más popular, debe ser considerado en el contexto de la ingesta total de este compuesto. Además, algunas legumbres como las judías (frijoles) y los guisantes muestran la presencia de TMA, aunque su concentración tiende a ser menor que en otras fuentes mencionadas. Finalmente, las verduras crucíferas, un grupo nutritivo que incluye la col, el brócoli y la coliflor, también contribuyen a la ingesta de TMA, aunque su impacto suele ser moderado.

Es importante destacar que la TMA en los alimentos no implica necesariamente un riesgo para la salud en individuos sanos. El cuerpo, generalmente, metaboliza eficazmente la TMA a través de un proceso enzimático en el hígado. Sin embargo, la acumulación de TMA en la sangre, observable en pacientes con trimetilaminuria, puede causar el característico olor corporal a pescado. Para estas personas, controlar la ingesta de los alimentos mencionados anteriormente es fundamental en la gestión de su condición.

En conclusión, la presencia de trimetilamina en nuestra dieta es más extensa de lo que comúnmente se cree. Si bien su consumo moderado en la mayoría de los casos no representa un problema para la salud, es crucial tener en cuenta su presencia en alimentos como la yema de huevo, vísceras, soja y sus derivados, legumbres y verduras crucíferas, especialmente para personas con trimetilaminuria o aquellas que buscan minimizar su ingesta por razones específicas. Se recomienda consultar con un profesional de la salud o un nutricionista para obtener una orientación personalizada sobre la gestión de la ingesta de TMA en la dieta.