¿Qué comer antes de dormir para la gastritis?

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Antes de dormir para la gastritis, se recomienda aumentar el consumo de frutas y verduras, evitando aquellas de digestión pesada como col, coliflor y alcachofas. También es importante cenar unas horas antes de acostarse y tomar infusiones digestivas como hinojo, manzanilla o melisa.

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Aliviar la gastritis nocturna: ¿Qué cenar para un sueño reparador?

La gastritis, esa molesta inflamación del revestimiento del estómago, puede perturbar el sueño con dolor, ardor y malestar. Si bien no existe una solución mágica, elegir los alimentos adecuados para la cena puede marcar la diferencia entre una noche de insomnio y un descanso reparador. Más allá de evitar los desencadenantes obvios como las comidas picantes, grasas o ácidas, existen estrategias dietéticas específicas que pueden ayudar a calmar la gastritis antes de dormir.

Si bien se suele recomendar aumentar el consumo de frutas y verduras, en el caso de la gastritis nocturna, es crucial discernir entre las que alivian y las que agravan los síntomas. Opta por opciones de fácil digestión como plátano, papaya o compota de manzana. Evita, especialmente antes de acostarte, aquellas que pueden provocar gases e hinchazón, como la col, la coliflor, el brócoli, las alcachofas y las cebollas. Prioriza la cocción al vapor o al horno, minimizando el uso de aceites y condimentos irritantes.

Un aspecto fundamental es el horario de la cena. Ingerir alimentos muy cerca de la hora de acostarse dificulta la digestión y puede exacerbar los síntomas de la gastritis. Lo ideal es cenar al menos dos o tres horas antes de ir a dormir, dando tiempo al estómago para procesar los alimentos.

Además de la elección de alimentos, incorporar infusiones digestivas a la rutina nocturna puede ser un gran aliado. El hinojo, la manzanilla y la melisa son conocidas por sus propiedades calmantes y antiinflamatorias, ayudando a reducir la irritación del estómago y a promover la relajación antes de dormir. Una taza tibia de estas infusiones, unos 30 minutos antes de acostarse, puede contribuir a una noche más tranquila.

Otro punto a considerar es la cantidad. Cenas copiosas sobrecargan el sistema digestivo, dificultando su trabajo y aumentando la probabilidad de molestias. Prioriza cenas ligeras, basadas en porciones pequeñas y fáciles de digerir.

Recuerda que cada persona reacciona de forma diferente a los alimentos. Llevar un diario de alimentos puede ser útil para identificar qué te sienta bien y qué te provoca malestar. Si los síntomas persisten o empeoran, es fundamental consultar con un médico o nutricionista para un diagnóstico preciso y un plan de alimentación personalizado. No se trata solo de qué comer, sino de cómo integrarlo en una rutina que promueva la salud digestiva y un sueño reparador.