¿Qué empeora la microbiota?

El delicado equilibrio: Factores que deterioran nuestra microbiota intestinal

La microbiota intestinal, un complejo ecosistema de bacterias, hongos y virus que habitan en nuestro tracto digestivo, es crucial para nuestra salud. Su equilibrio es fundamental para la correcta digestión, el sistema inmunológico y hasta el estado de ánimo. Sin embargo, diversos factores pueden perturbar este delicado equilibrio, con consecuencias negativas para nuestra salud. Si bien la alimentación juega un papel crucial, a menudo se pasa por alto el impacto negativo de ciertos medicamentos.

El uso indiscriminado y excesivo de algunos fármacos emerge como un importante factor de desequilibrio de la microbiota intestinal. En concreto, el consumo frecuente y sin prescripción médica de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), laxantes, antiácidos y, sobre todo, antibióticos, genera un impacto devastador en este ecosistema.

El efecto devastador de los medicamentos:

• Antibióticos: Si bien son vitales para combatir infecciones bacterianas, su acción no es selectiva. Eliminan tanto las bacterias patógenas como las beneficiosas, causando una disbiosis intestinal – una alteración en la composición y función de la microbiota – que puede durar semanas o incluso meses después de finalizar el tratamiento. Esta disbiosis deja el terreno abonado para la proliferación de bacterias resistentes y patógenos oportunistas.

• Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs): El uso crónico de AINEs, como ibuprofeno o naproxeno, se ha asociado a un aumento en la permeabilidad intestinal, permitiendo el paso de sustancias nocivas al torrente sanguíneo. Además, pueden alterar la composición de la microbiota, favoreciendo la inflamación y el desarrollo de enfermedades como la enfermedad inflamatoria intestinal.

• Laxantes: El uso excesivo de laxantes, especialmente los estimulantes, puede dañar la flora intestinal al irritar el revestimiento del intestino y alterar los movimientos peristálticos normales. Esto puede llevar a la deshidratación y a la dependencia del laxante, empeorando la situación a largo plazo.

• Antiácidos: Si bien alivian los síntomas de acidez estomacal, el uso prolongado de antiácidos puede alterar el pH del estómago, afectando la composición de la microbiota intestinal y creando un ambiente menos favorable para las bacterias beneficiosas.

Consecuencias del desequilibrio:

La disbiosis intestinal resultante de la ingesta excesiva de estos medicamentos se traduce en una serie de problemas:

• Reducción de bacterias beneficiosas y sus metabolitos: Las bacterias beneficiosas producen metabolitos esenciales para nuestra salud, como vitaminas y ácidos grasos de cadena corta. Su disminución debilita nuestro sistema inmunológico y nuestra capacidad de absorción de nutrientes.

• Debilitamiento de la barrera mucosa intestinal: La barrera intestinal es fundamental para protegernos de los patógenos. Su debilitamiento aumenta la permeabilidad intestinal (“intestino permeable”), permitiendo que bacterias y toxinas pasen al torrente sanguíneo, desencadenando inflamación sistémica y aumentando el riesgo de enfermedades autoinmunes.

• Mayor susceptibilidad a la adhesión de patógenos: La reducción de la población de bacterias beneficiosas deja espacio libre para la proliferación de bacterias patógenas, aumentando el riesgo de infecciones intestinales.

En conclusión, el consumo excesivo e indiscriminado de ciertos medicamentos puede tener un impacto significativo en la salud de nuestra microbiota intestinal. Es crucial consultar con un médico antes de tomar cualquier medicamento, especialmente si se requiere un uso prolongado, y seguir sus indicaciones al pie de la letra para minimizar el riesgo de desequilibrio y sus consecuencias negativas para la salud. Una microbiota sana es fundamental para un organismo sano, y su cuidado debe ser una prioridad.