¿Qué engorda más, lo dulce o lo salado?

9 ver
El peso que se gana depende de la cantidad total de calorías consumidas, no del sabor. Tanto lo dulce como lo salado engordan si se ingieren calorías en exceso respecto a las que se gastan, independientemente de su sabor.
Comentarios 0 gustos

¿Qué engorda más, lo dulce o lo salado? Un engañoso debate

El debate sobre si lo dulce o lo salado engorda más es, en el fondo, un espejismo. La respuesta, contundente y desapasionada, es que ninguno engorda más intrínsecamente que el otro. El peso que se gana, o se pierde, depende exclusivamente del balance energético: la cantidad total de calorías consumidas en relación a las que el cuerpo quema.

La idea de que lo dulce engorde más suele estar relacionada con los azúcares añadidos, presentes en muchos alimentos procesados y bebidas azucaradas. El elevado consumo de estos azúcares puede llevar a un incremento de calorías y, por ende, a un aumento de peso. Sin embargo, esta misma lógica se aplica a los alimentos salados. Un exceso de alimentos ricos en sodio, grasas saturadas o procesados, con independencia de su sabor, también contribuye al aumento de peso si se supera la cantidad de calorías que el cuerpo necesita.

Las sensaciones de saciedad son complejas y varían entre las personas, pero no están intrínsecamente ligadas al sabor dulce o salado. Algunos estudios indican que determinados azúcares pueden afectar el proceso de la sensación de saciedad, pero no de manera diferencial respecto a otros tipos de calorías. Lo mismo ocurre con la sal, el exceso de sodio puede influir en la retención de líquidos, lo que puede generar una falsa percepción de aumento de peso, pero no implica un aumento de calorías en sí mismo.

La percepción de que un sabor sea “más apetitoso” o “más tentador” puede, en última instancia, determinar una mayor ingesta, pero no es una propiedad intrínseca del sabor. Un postre puede ser considerado más apetecible y, en consecuencia, ser consumido en mayor cantidad. De la misma manera, el sabor salado, asociado con muchos aperitivos procesados, puede hacer que se consuman más cantidad de calorías.

En conclusión, el debate entre lo dulce y lo salado es una falsa dicotomía. La clave para mantener un peso saludable reside en un consumo consciente de calorías. Escoger entre una opción u otra no es determinante; la clave está en controlar la cantidad total de calorías ingeridas y en mantener un equilibrio con el gasto energético diario. No es cuestión de sabores, sino de porciones y elecciones informadas. La atención debe centrarse en la composición nutricional completa de cada alimento y en la cantidad consumida, independientemente de si ese alimento es percibido como dulce o salado.