¿Qué es bueno para sanar la gastroenteritis?

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El reposo absoluto es crucial para la recuperación. La gastroenteritis causa debilidad y fatiga; descansa para que tu cuerpo pueda combatir la infección. Si la diarrea es intensa, considera usar antidiarreicos como loperamida o subsalicilato de bismuto, siguiendo siempre las indicaciones del prospecto.

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La Gastroenteritis: Descanso y Rehidratación, Claves para la Recuperación

La gastroenteritis, comúnmente conocida como “gripe estomacal”, es una inflamación del estómago y los intestinos que provoca síntomas desagradables como diarrea, vómitos, náuseas, calambres abdominales y fiebre. Si bien generalmente es una enfermedad autolimitada, es fundamental adoptar medidas para aliviar los síntomas y facilitar la recuperación. Olvidar la idea de “aguantarlo” es crucial; la clave reside en el reposo y la rehidratación.

El Reposo: Un Pilar Fundamental

El primer y quizás más importante paso para superar la gastroenteritis es el reposo absoluto. La enfermedad consume energía, provocando debilidad y fatiga significativa. Forzar el cuerpo a realizar actividades durante este periodo solo empeora la situación, prolongando la duración de la enfermedad y debilitando el sistema inmunológico, impidiendo su eficaz lucha contra la infección. Dedica este tiempo a descansar lo máximo posible, permitiendo que tu cuerpo concentre sus energías en la recuperación. Escucha a tu cuerpo; si te sientes cansado, descansa.

La Rehidratación: Más Importante que la Alimentación

La diarrea y los vómitos asociados con la gastroenteritis pueden provocar una deshidratación severa, especialmente peligrosa para niños pequeños y adultos mayores. Por lo tanto, la rehidratación es tan, o más importante, que la alimentación en las primeras etapas de la enfermedad. Olvida las dietas estrictas y concéntrate en líquidos.

  • Suero oral: Es la opción ideal para reponer electrolitos perdidos. Puedes adquirirlo en farmacias. Sigue las instrucciones de preparación y dosificación.
  • Caldos claros: Ayudan a rehidratar y proporcionan un aporte mínimo de nutrientes. Evita caldos grasos o condimentados.
  • Agua: Fundamental para reponer líquidos perdidos. Puedes agregarle un poco de sal y azúcar para ayudar a la reabsorción de líquidos.
  • Bebidas isotónicas: Ofrecen electrolitos, pero eviten las que contienen grandes cantidades de azúcar.

Alimentación: Suave y Gradual

Una vez que las náuseas y los vómitos hayan disminuido, puedes comenzar a introducir alimentos blandos en tu dieta, de forma gradual. Prioriza alimentos fáciles de digerir como:

  • Arroz blanco: Bajo en fibra y fácil de digerir.
  • Plátanos: Ricos en potasio, un electrolito esencial.
  • Galletas saladas: Proporcionan hidratos de carbono simples.
  • Papas hervidas: Fáciles de digerir y fuente de electrolitos.

Cuándo Consultar a un Médico

Si bien la gastroenteritis suele resolverse en pocos días, es importante buscar atención médica si experimentas:

  • Deshidratación severa: Signos como orina oscura y escasa, boca seca, mareos, y debilidad extrema.
  • Fiebre alta: Mayor a 38.5°C.
  • Diarrea sanguinolenta: Puede indicar una infección más grave.
  • Vómitos persistentes: Que impiden la ingesta de líquidos.
  • Dolor abdominal intenso: Que no cede con analgésicos comunes.

Antidiarreicos: Con Precaución

En algunos casos, la diarrea puede ser tan intensa que interfiere con la rehidratación. En estas situaciones, se pueden utilizar antidiarreicos como la loperamida o el subsalicilato de bismuto, siempre siguiendo estrictamente las instrucciones del prospecto y bajo la supervisión de un profesional de la salud. El uso inapropiado de estos medicamentos puede ser perjudicial.

Recuerda que la gastroenteritis es una enfermedad autolimitada, pero el descanso adecuado y la rehidratación son cruciales para una recuperación rápida y eficiente. No dudes en consultar a tu médico si tienes alguna duda o preocupación.