¿Qué pasa cuando bebes agua fría con el estómago vacío?

Beber agua fría con el estómago vacío: ¿mito o realidad?

A menudo escuchamos advertencias sobre los posibles efectos negativos de beber agua fría con el estómago vacío. Algunos afirman que contrae los vasos sanguíneos, dificulta la digestión e incluso puede provocar dolores de cabeza. ¿Qué hay de cierto en estas afirmaciones?

Si bien no existe una evidencia científica contundente que demuestre daños severos por esta práctica, sí puede generar ciertas molestias en algunas personas. La ingesta de agua muy fría en ayunas puede provocar una contracción momentánea de los músculos estomacales, similar a un ligero espasmo. En individuos con estómagos sensibles, esto podría traducirse en náuseas o una sensación de incomodidad. Además, el cuerpo necesita invertir energía en calentar el agua hasta la temperatura corporal, lo que teóricamente podría ralentizar el metabolismo momentáneamente.

Sin embargo, es importante diferenciar entre agua fría y agua helada. Un vaso de agua a temperatura ambiente o ligeramente fría, en general, no debería causar problemas y de hecho puede ser beneficioso para hidratar el cuerpo tras el ayuno nocturno. El problema reside en la ingesta de agua extremadamente fría, especialmente en grandes cantidades.

En resumen, si bien beber agua fría con el estómago vacío no es necesariamente perjudicial para la mayoría de las personas, es recomendable prestar atención a las señales del cuerpo. Si experimentas molestias, opta por agua a temperatura ambiente o tibia. Recuerda que cada organismo es diferente y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. Ante cualquier duda, consulta con un profesional de la salud.