¿Qué pasa si no le doy azúcar a mi hijo?

Los peligros de privar a los niños del azúcar

El azúcar es un tema controvertido en la nutrición infantil. Algunos padres optan por eliminar el azúcar por completo de la dieta de sus hijos, mientras que otros permiten que sus hijos consuman azúcares con moderación. Sin embargo, es esencial comprender los riesgos de privar a los niños del azúcar.

Hipoglucemia

Uno de los riesgos más graves de no dar azúcar a los niños es la hipoglucemia. La hipoglucemia ocurre cuando los niveles de azúcar en la sangre caen demasiado bajo. En los niños, la hipoglucemia puede causar síntomas graves como:

• Confusión
• Convulsiones
• Dificultad para despertar durante el sueño

Crecimiento y desarrollo deficientes

El azúcar proporciona calorías que son esenciales para el crecimiento y desarrollo de los niños. Privarlos de azúcar puede provocar un crecimiento y desarrollo deficientes. Los niños que no consumen suficiente azúcar pueden tener bajo peso, estatura baja y un sistema inmunitario debilitado.

Problemas de comportamiento

Los niños que no reciben suficiente azúcar pueden experimentar cambios de humor, irritabilidad y dificultad para concentrarse. El azúcar puede proporcionar una fuente de energía rápida que puede ayudar a los niños a mantenerse alertas y concentrados.

Antojos y sobrealimentación

Privar a los niños del azúcar puede provocar antojos intensos y sobrealimentación. Cuando los niños finalmente tienen acceso al azúcar, pueden consumir grandes cantidades en un corto período de tiempo. Esto puede provocar aumento de peso, caries y otros problemas de salud.

Recomendaciones

La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) recomienda que los niños menores de 2 años no consuman azúcar agregada. Para los niños mayores de 2 años, la AAP recomienda limitar el consumo de azúcar agregada a un máximo del 10% de las calorías diarias totales.

El azúcar no es un nutriente esencial, pero puede proporcionar energía y disfrute. Es importante encontrar un equilibrio saludable que permita a los niños disfrutar del azúcar con moderación mientras se minimizan los riesgos potenciales.