¿Cómo se dice paz en Israel?

Shalom: Mucho más que paz en Israel

La palabra que resuena en las calles de Israel, en los saludos cotidianos y en las despedidas, es Shalom. A menudo traducida simplemente como “paz”, esta palabra hebrea encierra un significado mucho más profundo y complejo que la mera ausencia de guerra o conflicto. Representa un anhelo, una aspiración, un estado ideal de bienestar integral que permea todos los aspectos de la vida.

Shalom va más allá de la tranquilidad política o la calma social. Abarca una armonía profunda, una sensación de plenitud y equilibrio que conecta al individuo consigo mismo, con su comunidad y con lo divino. Es un estado de serenidad interior que se refleja en las relaciones interpersonales, fomentando el respeto, la comprensión y la convivencia pacífica.

Imaginemos un mosaico intrincado. Cada tesela representa un aspecto diferente de la vida: la salud física y emocional, la prosperidad económica, la justicia social, la armonía familiar y la conexión espiritual. Shalom es la imagen completa, donde cada pieza encaja a la perfección, creando una obra de arte vibrante y equilibrada.

En la cultura israelí, el saludo Shalom no es una simple formalidad. Es un deseo sincero de bienestar para la otra persona, una expresión de esperanza en un futuro próspero y una afirmación de la importancia de la conexión humana. Al pronunciar Shalom, se invoca una energía positiva, una intención de construir un mundo mejor, ladrillo a ladrillo, relación a relación.

La raíz de la palabra, shalem, significa “completo”, “íntegro”, “perfecto”. Esta idea de completitud es fundamental para comprender el verdadero alcance de Shalom. No se trata solo de la ausencia de guerra, sino de la presencia activa de todos los elementos necesarios para una vida plena y significativa.

Por lo tanto, aunque la traducción literal de Shalom sea “paz”, su significado en Israel trasciende la simple definición lexicográfica. Es un concepto holístico, un valor fundamental, una aspiración colectiva que da forma a la identidad cultural y moldea la visión de un futuro mejor. Es la búsqueda constante de un equilibrio perfecto, una armonía integral, una plenitud existencial. Es, en definitiva, la esencia misma del anhelo humano por una vida plena y significativa.