¿Cómo se llama el círculo de la Luna?

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El círculo de la Luna se conoce como halo lunar. Se forma cuando cristales de hielo en la atmósfera desvían la luz lunar, creando un anillo de aproximadamente 44° de diámetro.
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El misterioso anillo alrededor de la Luna: Descifrando el halo lunar

La Luna, ese astro cautivador que ilumina nuestras noches, a veces nos sorprende con un fenómeno atmosférico fascinante: un círculo luminoso que la rodea, como un halo celestial. Este fenómeno, conocido como halo lunar, ha despertado la curiosidad y la admiración del ser humano desde tiempos inmemoriales, tejiéndose a su alrededor mitos y leyendas que le atribuían poderes mágicos o presagios de eventos importantes. Pero, alejándonos de las interpretaciones místicas, ¿cuál es la verdadera naturaleza de este anillo de luz?

La ciencia nos ofrece una explicación clara y concisa: el halo lunar se forma gracias a la interacción de la luz de la Luna con diminutos cristales de hielo suspendidos en la alta atmósfera, específicamente en la troposfera superior. Estos cristales, con forma hexagonal y generalmente planos, actúan como prismas, refractando y dispersando la luz lunar. La refracción, es decir, el cambio de dirección de la luz al pasar de un medio a otro (en este caso, del aire al hielo), es la clave para la formación del halo.

El ángulo de refracción predominante en estos cristales de hielo es de 22°, lo que explica el tamaño aparente del halo lunar. Si trazamos una línea imaginaria desde nuestra perspectiva hacia la Luna y otra hacia el borde interior del halo, el ángulo formado será de aproximadamente 22°. Debido a la simetría del fenómeno, el diámetro completo del halo se aproxima a los 44°. Es importante destacar que no todos los cristales de hielo contribuyen a la formación del halo; solo aquellos con una orientación y tamaño específicos participan en este juego de luces.

La intensidad y la nitidez del halo lunar pueden variar dependiendo de la concentración y la uniformidad de los cristales de hielo en la atmósfera. Un halo brillante y bien definido indica una alta concentración de cristales de hielo con una forma y orientación similares. Por otro lado, un halo difuso y tenue sugiere una menor concentración o una mayor variabilidad en las características de los cristales.

Aunque el halo lunar es más común durante el invierno, debido a la mayor presencia de cristales de hielo en la atmósfera en épocas frías, puede ocurrir en cualquier época del año si las condiciones atmosféricas son propicias. Observar este fenómeno es un recordatorio de la belleza y complejidad de los procesos naturales que ocurren a nuestro alrededor, una danza de luz y hielo en el lienzo celestial. Así que, la próxima vez que veas un halo lunar, recuerda la fascinante ciencia que se esconde detrás de esta maravilla natural.