¿Cómo termina la misma luna?

El Silencio del Amanecer: El Fin de la Luna

La luna, esa esfera plateada que gobierna las mareas y susurra historias a los amantes, no permanece eternamente en el cielo nocturno. Su danza cósmica, una sinfonía de fases que la transforman de menguante a llena, alcanza su final, no con un rugido, sino con un susurro: el amanecer.

En la penumbra del alba, la luna, ya desprovista de su resplandor plateado, se esfuma en la luz naciente del sol. Es como si el día, con su radiante energía, la absorbiera en su abrazo cálido.

No es una desaparición abrupta, sino una sutil disolución. Poco a poco, la luna se desvanece en el cielo, convirtiéndose en un fantasma plateado que se aferra al último resquicio de la noche. Su ciclo, un viaje circular de luz y sombra, ha llegado a su término, pero no es un final, es un comienzo.

En la quietud del amanecer, la luna parece susurrar un secreto al mundo: el final de una fase es el nacimiento de una nueva. El sol, con su fuerza ardiente, se convierte en el maestro del cielo, pero la luna, en su silencio discreto, sigue tejiendo su magia en el corazón del universo.

Así que, la próxima vez que veas la luna desaparecer en el horizonte, no la lamente como un adiós. Recuerda que su viaje no termina, solo se transforma. Y en la quietud del amanecer, mientras el sol se levanta sobre el mundo, la luna, en su silencioso descanso, se prepara para volver a brillar.