¿Cuándo empieza a ser el día más largo?

La danza del Sol: ¿Cuándo empieza, exactamente, el día más largo?

El solsticio de verano, ese momento mágico en que el sol alcanza su punto más alto en el cielo, es mucho más que un simple dato en el calendario. Representa el clímax del verano, la culminación de meses de creciente luz solar y el comienzo de un lento descenso hacia el otoño. Pero, ¿cuándo empieza, exactamente, este día más largo? La respuesta, como tantas cosas en la naturaleza, no es tan simple como parece.

Popularmente se dice que el día más largo del año es el 21 de junio en el hemisferio norte y el 21 de diciembre en el hemisferio sur. Esta fecha sirve como una buena aproximación, un punto de referencia fácil de recordar. Sin embargo, la realidad es más sutil, una danza entre el sol y la Tierra que no se rige por fechas fijas.

La duración del día más largo varía ligeramente de un año a otro, y no coincide exactamente con el 21 de junio o el 21 de diciembre. Esto se debe a que la órbita de la Tierra alrededor del sol no es perfectamente circular, sino elíptica. Esta ligera variación en la órbita, combinada con la inclinación del eje terrestre, provoca que el momento exacto del solsticio fluctúe entre los días 20 y 22 de junio (hemisferio norte) y entre los días 20 y 22 de diciembre (hemisferio sur).

Por lo tanto, la pregunta “¿Cuándo empieza el día más largo?” no tiene una respuesta única. El 21 de junio de 2025, por ejemplo, servirá como una buena aproximación para el hemisferio norte, pero la hora exacta del solsticio de verano ese año deberá ser consultada en un almanaque astronómico preciso o en un sitio web especializado en efemérides. Estos recursos proporcionan la hora y el minuto exactos en que el sol alcanza su declinación máxima, marcando el inicio del día más largo en un lugar geográfico específico.

Más allá de la precisión científica, el solsticio de verano es un evento rico en simbolismo. Desde tiempos ancestrales, culturas de todo el mundo han celebrado este momento crucial del año con rituales y festividades, reconociendo el poder del sol y su influencia en la vida terrestre. Así, aunque la fecha exacta pueda variar, la importancia del solsticio permanece inmutable, recordándonos la constante y fascinante danza cósmica que rige nuestro planeta. Y esa, precisamente, es la magia que lo hace especial.