¿Cuánto vale ponerle el nombre a una estrella?

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Adquirir un certificado simbólico nombrando una estrella varía en precio, según diferentes empresas que ofrecen este servicio. El coste suele oscilar entre los 20 y los 200 euros, dependiendo del tipo de certificado y los servicios adicionales incluidos. Es importante recordar que estos nombres no son reconocidos oficialmente por la comunidad astronómica.
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El precio de un sueño: ¿Cuánto cuesta “bautizar” una estrella?

Mirar al cielo nocturno y pensar en poseer un pequeño fragmento de su inmensidad es una idea romántica que ha cautivado a la humanidad durante siglos. Hoy en día, varias empresas ofrecen la posibilidad de “nombrar” una estrella, entregando un certificado personalizado que registra ese nombre simbólico. Pero, ¿cuánto cuesta este gesto con tintes poéticos?

La respuesta, como ocurre con muchas cosas, es: depende. El precio de adquirir un certificado que “nombra” una estrella varía considerablemente según la empresa que ofrezca el servicio y el paquete seleccionado. Generalmente, el coste oscila entre los 20 y los 200 euros, aunque existen opciones más exclusivas que pueden superar esa cifra.

Esta variación en el precio se debe a diferentes factores. Algunos paquetes básicos incluyen simplemente el certificado con el nombre elegido y las coordenadas de la estrella. Otros, más elaborados, pueden añadir extras como planisferios personalizados, software de astronomía, collares con la constelación de la estrella, marcos elegantes para el certificado, o incluso la opción de registrar el nombre en una base de datos privada de la empresa.

Es fundamental entender que, aunque emotivo, este acto tiene un carácter puramente simbólico. La Unión Astronómica Internacional (IAU), el único organismo reconocido internacionalmente para nombrar cuerpos celestes, no reconoce estos nombres comerciales. Las estrellas se catalogan mediante designaciones alfanuméricas basadas en sistemas de coordenadas y catálogos estelares, garantizando así una nomenclatura científica universal y evitando confusiones.

Por lo tanto, al “bautizar” una estrella no estamos adquiriendo su propiedad ni nombrándola oficialmente. Estamos comprando un regalo original, un detalle simbólico, una forma poética de conectar con el cosmos. Es como escribir un poema dedicado a una estrella y darle un nombre especial dentro de nuestra propia narrativa personal.

Entonces, si está considerando adquirir este tipo de certificado, infórmese bien sobre lo que incluye cada paquete y compare las diferentes opciones disponibles. Reflexione sobre el valor sentimental que le otorga a este gesto y elija la opción que mejor se adapte a sus expectativas y presupuesto. Recuerde que el verdadero valor reside en la ilusión y el romanticismo del acto, en la conexión personal que establecemos con el universo al mirar al cielo y pensar en “nuestra” estrella.