¿Qué pasó con Muzan Kibutsuji?

38 ver
Muzan Kibutsuji persiste en su ataque a Tanjiro, debilitándolo progresivamente por asfixia. Tanjiro, al borde del colapso, es rescatado por...
Comentarios 0 gustos

El Destino de Muzan Kibutsuji: El Fin de una Era Demoníaca

En el culminante clímax de la sangrienta guerra entre cazadores de demonios y demonios, el destino de Muzan Kibutsuji, el progenitor de todos los demonios, quedó sellado tras un enfrentamiento épico.

Mientras persistía en su implacable ataque contra Tanjiro Kamado, Muzan debilitó gradualmente al joven cazador por asfixia. Tanjiro, al borde del colapso, fue salvado en el último momento por un inesperado aliado.

La Intervención de Nezuko

A medida que la desesperación consumía a Tanjiro, una figura familiar emergió de las sombras: su hermana menor, Nezuko. Habiendo recuperado su humanidad gracias a la intervención de Tanjiro, Nezuko ahora poseía un poder excepcional como demonio.

Con furia y determinación, Nezuko desató su técnica de “Explosión de Sangre”, creando una poderosa onda de energía que envió a Muzan tambaleándose hacia atrás. Este movimiento inesperado dio a Tanjiro el tan necesitado respiro para recuperarse.

El Sacrificio de Yoriichi

Aprovechando la distracción de Nezuko, Tanjiro reunió toda su fuerza restante y desató su técnica final, “Aliento del Sol: Danza del Dios del Fuego”. Simultáneamente, un espíritu etéreo apareció en el campo de batalla, revelándose como Yoriichi Tsugikuni, el legendario cazador de demonios que una vez obligó a Muzan a retirarse.

Yoriichi sacrificó su propia existencia para fortalecer la técnica de Tanjiro, lo que le permitió infligir un golpe devastador a Muzan. La espada de Tanjiro perforó el corazón de Muzan, sellando su malvado reinado de terror.

El Amanecer de una Nueva Era

Con la derrota de Muzan, el mundo respiró aliviado. Los demonios, desprovistos de su fuente de poder, se disolvieron en la nada. Los cazadores de demonios celebraron su victoria, sabiendo que habían liberado al mundo de la oscuridad y habían dado paso a una nueva era de paz.

Y así, el nombre de Muzan Kibutsuji se desvaneció en la historia, convirtiéndose en un mero eco del pasado. El mundo había sido liberado de su yugo tiránico, y el sol de un nuevo día brillaba brillantemente sobre los sobrevivientes.