¿Quién mata a la cuarta luna superior?

36 ver
Convertido en demonio por Muzan, la Cuarta Luna Superior, tras escapar de la prisión, asesinó a su verdugo.
Comentarios 0 gustos

El Asesino de la Cuarta Luna Superior

Entre las Doce Lunas Superiores, los demonios más poderosos de Muzan Kibutsuji, la Cuarta Luna Superior ocupaba un lugar destacado. Su nombre y apariencia siguen siendo un misterio, pero su historia es una de venganza y redención.

El Origen de la Cuarta Luna Superior

Una vez un humano ordinario, la Cuarta Luna Superior fue condenado injustamente a muerte. Enfurecido por su destino, maldijo a sus verdugos antes de ser ejecutado. Sus palabras de odio llamaron la atención de Muzan, quien vio un potencial para el mal dentro de él.

Conversión en Demonio

Muzan convirtió al hombre en un demonio, otorgándole poderes inimaginables. Aprovechando su ira, la Cuarta Luna Superior se embarcó en un camino de destrucción, matando a todos los que encontraba. Sin embargo, en el fondo, todavía albergaba un atisbo de humanidad.

El Escape de la Prisión

Tras años de encarcelamiento, la Cuarta Luna Superior logró escapar de su prisión. Buscaba venganza por su injusta condena y se dispuso a encontrar a sus antiguos verdugos.

El Asesinato de su Verdugo

Con una determinación inquebrantable, la Cuarta Luna Superior rastreó a uno de sus antiguos verdugos. En un encuentro brutal, el demonio desató su furia sobre su víctima, matándola sin piedad.

La Redención

A medida que la ira de la Cuarta Luna Superior se desvanecía, finalmente se dio cuenta del error de sus acciones. Se había dejado llevar por su deseo de venganza y había lastimado a inocentes. Arrepentido por sus crímenes, la Cuarta Luna Superior decidió redimirse.

Siguiendo el camino de los Cazadores de Demonios, la Cuarta Luna Superior usó sus poderes para proteger a los humanos de otros demonios. A pesar de su pasado oscuro, encontró la paz y la redención al luchar contra el mal que había ayudado a crear.

Conclusión

La historia de la Cuarta Luna Superior es un testimonio del poder de la ira y la redención. Demuestra que incluso los demonios más malvados pueden encontrar la luz en la oscuridad, y que el arrepentimiento puede conducir a un nuevo comienzo.