¿Cómo empezar a hacer ejercicio si soy principiante?

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Para empezar a ejercitarte como principiante, opta por rutinas cortas, de 30 minutos o menos. Aumenta gradualmente la duración, añadiendo unos minutos semanales. La recomendación es de 75 a 150 minutos de actividad aeróbica a la semana, junto con dos sesiones de entrenamiento de fuerza.
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De Cero a Héroe: Tu Guía para Empezar a Hacer Ejercicio

Empezar a hacer ejercicio puede parecer abrumador. La imagen de maratones, gimnasios repletos y rutinas extenuantes puede desmotivar incluso al más entusiasta. Pero la verdad es que ponerse en forma no requiere ser un atleta de élite. Este artículo te guiará paso a paso para iniciar tu viaje fitness, incluso si eres un completo principiante. La clave está en la constancia y la progresión gradual.

El Principio de la Gradualidad: Tu Mejor Aliado

Olvidémonos de las metas ambiciosas desde el inicio. El error más común de los principiantes es intentar demasiado, demasiado pronto. Esto lleva al agotamiento, las lesiones y, finalmente, al abandono. La receta mágica es la gradualidad.

Comienza con rutinas cortas, de 30 minutos o menos. No se trata de la intensidad, sino de la constancia. Tu cuerpo necesita tiempo para adaptarse. Imagina que estás entrenando a tu propio cuerpo, debes enseñarle gradualmente que puede realizar esfuerzos físicos. Aumenta la duración progresivamente, añadiendo unos pocos minutos cada semana. La paciencia y la escucha activa a tu cuerpo son fundamentales.

La Fórmula Mágica: Aeróbico y Fuerza

Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican entre 75 y 150 minutos de actividad aeróbica a la semana, combinados con al menos dos sesiones de entrenamiento de fuerza. No te asustes, esto es más fácil de lo que parece.

Actividad Aeróbica (Cardio): Encuentra lo que te gusta

La actividad aeróbica mejora la salud cardiovascular y te ayuda a quemar calorías. La clave es encontrar una actividad que disfrutes, para que la constancia no sea una lucha. Algunas opciones son:

  • Caminar: Simple, accesible y efectivo. Comienza con caminatas cortas a ritmo pausado y aumenta la distancia y la intensidad gradualmente.
  • Ciclismo: Otra opción excelente, especialmente si te gusta estar al aire libre.
  • Nadar: Un ejercicio de bajo impacto ideal para las articulaciones.
  • Bailar: ¡Diviértete mientras te pones en forma!

Entrenamiento de Fuerza: Más fuerte, no más grande

El entrenamiento de fuerza no se trata de convertirte en un culturista de la noche a la mañana. Se trata de fortalecer tus músculos, mejorar tu metabolismo y prevenir lesiones. Comienza con ejercicios con el peso de tu propio cuerpo:

  • Sentadillas: Trabajan piernas y glúteos.
  • Flexiones: Fortalecen pecho, hombros y tríceps. (Puedes modificarlas apoyando las rodillas si es necesario)
  • Planchas: Fortalecen el core (abdominales y espalda baja).
  • Zancadas: Trabajan piernas y glúteos.

Escucha a tu Cuerpo:

El dolor muscular leve es normal, pero el dolor intenso es una señal de alarma. Descansa cuando lo necesites y no te compares con otros. Cada cuerpo es diferente y tiene su propio ritmo.

La Importancia de la Alimentación:

Recuerda que el ejercicio es solo una parte de la ecuación. Una alimentación saludable es fundamental para obtener resultados óptimos. Prioriza frutas, verduras, proteínas magras y carbohidratos complejos.

Conclusión:

Empezar a hacer ejercicio no tiene por qué ser una tarea titánica. Con una planificación adecuada, constancia y una actitud positiva, puedes lograr tus objetivos de salud y bienestar. Recuerda que el viaje de mil millas comienza con un solo paso, ¡así que comienza hoy mismo!