¿Cómo funciona el sistema excretor para niños?

¡Pipí, fuera! Un viaje alucinante por tu sistema excretor

¿Alguna vez te has preguntado qué pasa con todo lo que comes y bebes? Tu cuerpo es como una increíble máquina que transforma los alimentos en energía, ¡pero también produce desechos! Afortunadamente, tienes un equipo de limpieza súper eficiente: el sistema excretor. ¡Vamos a explorarlo juntos!

Imagina a tus riñones como dos filtros mágicos, del tamaño de tu puño, ubicados en tu espalda baja, justo debajo de las costillas. Su trabajo es como el de un colador gigante: reciben toda la sangre de tu cuerpo constantemente y la filtran, separando lo bueno de lo malo.

Piensa en un zumo de frutas con pulpa. La pulpa son las sustancias que tu cuerpo no necesita, como los desechos y el exceso de agua. El zumo limpio representa las sustancias útiles, como la glucosa (el azúcar que te da energía) y las proteínas (que ayudan a construir tus músculos). Los riñones se encargan de separar la “pulpa” del “zumo”.

¿Qué pasa con la “pulpa”, es decir, los desechos? ¡Se convierten en pipí! Estos desechos, junto con el exceso de agua, forman la orina. La orina viaja desde los riñones a través de dos tubos largos llamados uréteres hasta la vejiga, una bolsa muscular que la almacena.

Imagina la vejiga como un globo. A medida que se llena de orina, se estira. Cuando la vejiga está lo suficientemente llena, sientes ganas de ir al baño. Al orinar, la orina sale de la vejiga a través de otro tubo llamado uretra.

¡Y listo! Así es como tu cuerpo se deshace de los desechos y el exceso de agua, manteniéndote limpio y funcionando correctamente.

Pero el sistema excretor no se limita solo a los riñones, uréteres, vejiga y uretra. Tu piel, a través del sudor, y tus pulmones, al exhalar dióxido de carbono, también forman parte de este equipo de limpieza. ¡Impresionante, ¿verdad?!

Así que te lavas las manos para mantenerlas limpias, tu sistema excretor trabaja sin parar para mantener limpio tu interior. Recuerda beber suficiente agua para ayudar a tus riñones a realizar su importante trabajo y mantenerte sano y fuerte.