¿Cómo se deben formular los objetivos?

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Para una correcta formulación, los objetivos deben expresarse con verbos en infinitivo, ser específicos y medibles, permitiendo así una evaluación objetiva del grado de cumplimiento y evitando ambigüedades en su interpretación y consecución. Su redacción precisa facilita la comprobación de resultados.
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Formular Objetivos: Clave para el Éxito

Definir objetivos claros y precisos es fundamental para cualquier proyecto, desde un pequeño emprendimiento hasta la gestión de una gran organización. Una formulación adecuada no solo guía las acciones, sino que también permite evaluar el progreso y la eficiencia en la consecución de los resultados esperados. Pero, ¿cómo se deben formular estos objetivos?

La respuesta reside en la claridad, la precisión y la objetividad. No se trata de enunciados vagos e imprecisos, sino de afirmaciones que guíen con exactitud las acciones a emprender. Y la clave para lograrlo está en su estructura.

Verbos en Infinitivo: La Precisión en Acción

Un primer y crucial aspecto es la utilización de verbos en infinitivo. Esta simple estructura gramatical, lejos de ser meramente formal, aporta una precisión crucial. En lugar de decir “Mejorar las ventas”, la formulación correcta sería “Incrementar las ventas en un 15% en el próximo trimestre”. La diferencia radica en la acción concreta y la medida que permitirá evaluar el éxito.

Especificidad: Evitando la Ambigüedad

La especificación es la piedra angular de una buena formulación. Objetivos ambiguos como “Aumentar la satisfacción del cliente” son difíciles de medir y, por lo tanto, de alcanzar. En cambio, un objetivo específico sería “Incrementar la puntuación de satisfacción del cliente en encuestas, según la escala de 1 a 5, en un punto porcentual, en el período comprendido entre el 1 de enero y el 31 de marzo de 2024”. Esta formulación deja claro qué, cuánto, cuándo y cómo se medirá el progreso.

Medibilidad: La Clave de la Evaluación Objetiva

La medibilidad es esencial para evaluar el cumplimiento del objetivo. Para ello, es fundamental establecer indicadores que permitan determinar si se ha alcanzado el resultado previsto. En el ejemplo anterior, la puntuación de satisfacción en la escala del 1 al 5, así como el período de tiempo, son indicadores clave para verificar el éxito. Sin estos datos concretos, la evaluación se vuelve subjetiva y susceptible a la interpretación.

Importancia de la Redacción Precisa

Una redacción precisa en la formulación de los objetivos simplifica la comprobación de resultados. Al ser claros y concisos, se evitan las dudas y las interpretaciones erróneas, permitiendo una focalización total en las acciones necesarias para alcanzarlos. Esto facilita la alineación de los equipos y la gestión eficaz del tiempo y los recursos.

En resumen, la formulación correcta de objetivos es una herramienta fundamental para el éxito. La utilización de verbos en infinitivo, la especificación, la medibilidad y la redacción precisa son los pilares de una formulación efectiva. Estos criterios garantizan que los objetivos sean claros, medibles y alcanzables, guiando con precisión hacia el logro de los resultados esperados.