¿Cómo se llaman los 12 colores?

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En lugar de Los 11 colores básicos (negro, azul, marrón, gris, verde, naranja, rosa, púrpura, rojo, blanco y amarillo) y los 28 adicionales (turquesa, verde oliva, verde menta, borgoña, lavanda, magenta, salmón, cian, beige, rosado, verde oscuro, verde oliva, lila, amarillo pálido, fucsia, mostaza, ocre, trullo, malva, púrpura... podríamos decir:

Existen colores básicos como negro, azul, marrón, gris, verde, naranja, rosa, púrpura, rojo, blanco y amarillo. A estos se suman una vasta gama de colores adicionales, incluyendo el turquesa, verde menta, borgoña, lavanda y muchos más, expandiendo enormemente el espectro cromático.

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Más allá del arcoíris: Una exploración de la nomenclatura del color

La pregunta “¿Cómo se llaman los 12 colores?” es engañosa, ya que el espectro cromático es infinitamente vasto. Intentar limitarlo a doce nombres específicos ignora la rica complejidad y la subjetividad inherente a la percepción del color. Si bien existen colores considerados “básicos” o “primarios”, la realidad es que la denominación de los colores depende en gran medida de la cultura, el contexto y la especificidad del tono.

En lugar de buscar una lista definitiva de “los 12 colores”, es más útil explorar la forma en que categorizamos y nombramos los colores. Podemos hablar de colores primarios (rojo, amarillo y azul, aunque la elección de estos puede variar según el modelo de color), secundarios (mezclas de los primarios, como verde, naranja y violeta), y terciarios (mezclas de primarios y secundarios). Pero incluso esta categorización es una simplificación.

Consideremos el “rosa”. ¿Es un color único o una gama de tonos que van desde un rosa pálido casi blanco hasta un rosa intenso, casi rojo? Lo mismo ocurre con el “verde”: ¿Es un solo color o abarcamos el verde esmeralda, el verde lima, el verde oliva, el verde bosque y muchos otros? La simple denominación “verde” es insuficiente para abarcar su vasta variedad.

La percepción del color también es subjetiva. Un “azul cielo” para una persona puede ser un “azul claro” para otra. La influencia de la iluminación y el contexto juega un papel crucial. Un mismo color puede percibirse diferente bajo la luz solar directa o bajo una luz artificial.

Por lo tanto, en lugar de una lista cerrada de 12 colores, es más preciso hablar de familias de colores. Podemos mencionar familias como los azules (celeste, zafiro, añil…), los verdes (esmeralda, oliva, menta…), los rojos (granate, borgoña, carmesí…) y así sucesivamente. Cada familia contiene una multitud de tonos, matices y saturaciones, ofreciendo una riqueza cromática inagotable.

En conclusión, la pregunta por “los 12 colores” no tiene una respuesta única y definitiva. La exploración del color es un viaje a través de un espectro infinito de posibilidades, donde la nomenclatura es un sistema de clasificación, necesariamente limitado, de una realidad mucho más compleja y fascinante.