¿Cuál es el color representativo del TDAH?

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Octubre, declarado Mes de la Concienciación sobre el TDAH por ADHD EUROPE, adopta el naranja (Pantone 021) como color representativo, promoviendo así la visibilidad y comprensión de este trastorno neurobiológico. Su elección busca unificar la comunicación global sobre el TDAH.

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Más Allá del Naranja: El Color y la Complejidad del TDAH

Octubre, designado Mes de la Concienciación sobre el TDAH por ADHD EUROPE, viste de naranja (Pantone 021). Este vibrante tono se ha convertido en un símbolo global, una bandera visual que busca arrojar luz sobre este trastorno neurobiológico a menudo incomprendido. Pero, ¿por qué el naranja? Y más importante aún, ¿representa realmente la complejidad del TDAH un solo color?

La elección del naranja por parte de ADHD EUROPE es una estrategia inteligente. Su visibilidad, su energía y su asociación con la creatividad y la vitalidad, cualidades a veces presentes en las personas con TDAH, contribuyen a una imagen positiva y a una mayor aceptación. La unificación bajo un solo color facilita la comunicación global, creando un lenguaje visual común para campañas de concienciación en diferentes países y culturas. Facilita la identificación y el acceso a la información para quienes buscan comprensión o apoyo.

Sin embargo, reducir la experiencia del TDAH a un único color es, inevitablemente, una simplificación. El TDAH es un espectro, una realidad diversa y multifacética que se manifiesta de forma única en cada persona. No existe una experiencia “tipo” de TDAH, y la paleta de emociones, desafíos y fortalezas experimentadas es infinitamente más rica y compleja que cualquier tono único.

Imaginemos, en cambio, una paleta de colores. El naranja, sí, representando la energía, la impulsividad y la creatividad, pero también el azul, representando la calma, la concentración (a veces alcanzada tras un gran esfuerzo) y la introspección. El verde, simbolizando el crecimiento, la resiliencia y la capacidad de adaptación, características fundamentales en la superación de los desafíos que plantea el TDAH. El amarillo, reflejando la positividad y la alegría, que a pesar de las dificultades, son intrínsecas a muchas personas con este trastorno.

Un único color, por lo tanto, resulta insuficiente para capturar la intrincada y vibrante realidad del TDAH. Si bien el naranja sirve como un punto de partida, un símbolo unificador para la concienciación global, debemos recordar que la riqueza de la experiencia del TDAH se manifiesta en una paleta mucho más amplia y diversa. La verdadera comprensión requiere ir más allá del color y adentrarse en la complejidad de las experiencias individuales, reconociendo la variedad de desafíos y, sobre todo, la fortaleza y la capacidad de adaptación de las personas que viven con TDAH. Este octubre, celebremos el naranja, pero también reconozcamos la riqueza y complejidad de la vida más allá de un solo tono.