¿Cuándo se introduce la física en la medicina?

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En 1861, la Universidad de Londres fue pionera al integrar la física en el currículo de Medicina. Esta iniciativa sentó las bases para la institucionalización de la física médica. En 1913, la universidad consolidó su liderazgo al establecer la primera cátedra dedicada a la física aplicada a la Medicina.

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La Física Entra en el Quirófano: Una Historia de Integración

La medicina, a lo largo de su historia, ha dependido en gran medida de la observación, la experiencia y, posteriormente, la química y la biología. Sin embargo, la integración de la física, aunque parezca obvia en retrospectiva, fue un proceso gradual y crucial para el avance de la medicina moderna. Si bien se habían aplicado principios físicos de manera informal durante siglos (pensemos en la mecánica simple utilizada en la cirugía o la comprensión básica de la óptica para el examen del ojo), la incorporación formal y sistemática de la física en el ámbito médico marca un hito clave en su desarrollo.

Este hito se sitúa, de manera contundente, en la segunda mitad del siglo XIX. Mientras que avances en áreas como la termodinámica o la electromagnetismo impactaban profundamente la ciencia en general, su aplicación directa al diagnóstico y tratamiento de enfermedades aún se encontraba en sus albores. La Universidad de Londres, con una visión adelantada a su tiempo, dio un paso fundamental en 1861 al integrar la física en su currículo médico. Este acto, aparentemente sencillo, representó mucho más que una simple adición curricular; significó el reconocimiento de la física como una herramienta indispensable para la comprensión y el abordaje de la salud humana.

Esta incorporación inicial, sin embargo, no fue suficiente para establecer la física médica como una disciplina consolidada. Fue necesario un proceso de maduración y desarrollo, que culminó en 1913 con la creación de la primera cátedra dedicada específicamente a la física aplicada a la medicina en la misma Universidad de Londres. Este evento marca un punto de inflexión: la física médica pasaba de ser una materia complementaria a una especialidad en sí misma, con su propio cuerpo teórico, métodos de investigación y aplicaciones prácticas.

La creación de esta cátedra no solo representó un avance institucional, sino que también impulsó la investigación en áreas cruciales como la radiología (naciente en ese momento gracias a los descubrimientos de Röntgen), la dosimetría para la terapia con radiaciones y el desarrollo de nuevos instrumentos diagnósticos y terapéuticos basados en principios físicos. La decisión de la Universidad de Londres en 1913 sentó un precedente fundamental, inspirando a otras instituciones a seguir su ejemplo y contribuyendo a la acelerada evolución de la física médica en el siglo XX.

En conclusión, si bien la aplicación de principios físicos en la medicina se remonta a épocas antiguas, la integración formal de la física en la formación médica, materializada en la decisión pionera de la Universidad de Londres en 1861 y consolidada en 1913 con la creación de la primera cátedra, representa un momento crucial en la historia de ambas disciplinas. Este hito marcó el inicio de una fructífera colaboración que continúa hasta nuestros días, impulsando el diagnóstico, el tratamiento y la comprensión de las enfermedades a niveles inimaginables hace un siglo.