¿Qué es el enfoque por capacidades?

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El enfoque por capacidades se centra en evaluar y potenciar las habilidades reales que las personas tienen para llevar a cabo acciones y lograr resultados valiosos. No solo considera los recursos disponibles, sino la libertad y capacidad de utilizarlos para alcanzar un nivel de bienestar deseado. Se preocupa por las oportunidades reales que tiene una persona para vivir una vida digna y plena, más allá de los indicadores económicos tradicionales. Busca reducir desigualdades al empoderar a individuos y grupos.
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El Enfoque por Capacidades: Una Mirada Holística al Desarrollo Humano

El enfoque por capacidades (EPC) representa un cambio paradigmático en la forma en que entendemos el desarrollo humano. Alejándose de las métricas puramente económicas como el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, el EPC pone el foco en lo que las personas son realmente capaces de hacer y ser, y en las oportunidades que tienen para llevar a cabo esas aspiraciones. No se trata simplemente de tener recursos, sino de la libertad efectiva para utilizarlos de manera que mejoren su calidad de vida.

En esencia, el enfoque por capacidades argumenta que el verdadero progreso reside en expandir las capacidades de las personas, es decir, en aumentar su conjunto de opciones y libertades. Imaginemos dos personas con el mismo ingreso. Una podría vivir una vida relativamente plena, disfrutando de buena salud, acceso a la educación y la posibilidad de participar activamente en su comunidad. La otra, en cambio, podría estar limitada por enfermedades crónicas, falta de acceso a servicios básicos o la opresión social, lo que restringe severamente su capacidad para prosperar. El EPC reconoce esta disparidad y busca abordar las barreras que impiden a las personas realizar su potencial.

La premisa central del EPC es que el bienestar humano no se mide únicamente por la riqueza material, sino por la capacidad de vivir una vida que uno considere valiosa y digna. Esto implica tener la libertad de elegir entre diferentes funcionamientos, que son estados y actividades que una persona tiene razón para valorar. Por ejemplo, estar sano, estar bien nutrido, tener acceso a la educación, participar en la vida política, mantener relaciones sociales significativas, y poder expresarse libremente.

Para entender mejor, consideremos el concepto de capacidad como el conjunto de combinaciones alternativas de funcionamientos que una persona puede lograr. Este conjunto depende de una serie de factores, incluyendo:

  • Recursos disponibles: Ingresos, acceso a la tierra, tecnología, etc.
  • Contexto social y político: Normas sociales, leyes, instituciones, etc.
  • Características personales: Salud, educación, habilidades, etc.

El EPC no niega la importancia de los recursos, pero insiste en que son solo un medio para un fin. Lo que realmente importa es cómo estos recursos se traducen en capacidades reales y en la posibilidad de elegir una vida que uno valore. Por lo tanto, las políticas públicas deben estar orientadas a eliminar las barreras que impiden a las personas convertir los recursos en capacidades y, a su vez, en funcionamientos valiosos.

El EPC tiene importantes implicaciones para el diseño de políticas públicas. En lugar de centrarse únicamente en el crecimiento económico, los gobiernos deberían priorizar intervenciones que mejoren la salud, la educación, la seguridad social y la participación política de la población. Esto incluye políticas dirigidas a grupos vulnerables como mujeres, minorías étnicas y personas con discapacidad, que a menudo enfrentan barreras adicionales para desarrollar sus capacidades.

Además, el EPC subraya la importancia de la agencia individual, es decir, la capacidad de las personas para tomar decisiones informadas y actuar en su propio nombre. Empoderar a las personas para que participen en la toma de decisiones que afectan sus vidas es fundamental para garantizar que las políticas sean relevantes y efectivas.

En resumen, el enfoque por capacidades ofrece una perspectiva más rica y nuanced del desarrollo humano que los enfoques tradicionales. Al centrarse en la libertad, la agencia y las oportunidades reales, el EPC nos invita a repensar el significado del progreso y a diseñar políticas que promuevan una vida digna y plena para todos. Su énfasis en la reducción de desigualdades y el empoderamiento de individuos y grupos lo convierte en una herramienta valiosa para construir sociedades más justas y equitativas. Es una invitación a trascender la mera acumulación de riqueza y a abrazar una visión del desarrollo que pone a las personas en el centro de la ecuación.