¿Qué son las capacidades motrices y cómo se clasifican?
Las capacidades motrices básicas, según Garófano et al. (2017), se agrupan en locomotoras (andar, correr, saltar, etc.), no locomotoras y de proyección/recepción. Las locomotoras implican desplazamiento del cuerpo, incluyendo acciones como trepar, esquivar o rodar, mostrando una amplia gama de movimientos.
Más Allá del Movimiento: Descifrando las Capacidades Motrices y su Clasificación
El movimiento humano es un complejo entramado de habilidades que nos permiten interactuar con el entorno. Detrás de cada gesto, cada desplazamiento, cada acción coordinada, se encuentran las capacidades motrices, componentes fundamentales que determinan nuestra eficiencia y eficacia en la ejecución de tareas motoras. Pero, ¿qué son exactamente estas capacidades y cómo se clasifican? No se trata simplemente de “moverse”, sino de entender la base fisiológica y biomecánica que permite la realización de acciones tan diversas como correr una maratón o escribir un poema.
Tradicionalmente, la clasificación de las capacidades motrices se basa en criterios funcionales y biomecánicos, agrupándolas en diferentes categorías. Si bien existen diversas propuestas, una de las más aceptadas y ampliamente utilizada en el ámbito de la educación física y la deportiva es la que diferencia entre capacidades motrices básicas y capacidades motrices coordinativas.
Las capacidades motrices básicas son las habilidades fundamentales sobre las que se construyen las más complejas. Estas se basan en la interacción entre los sistemas nervioso, muscular y óseo, y se pueden agrupar, según la propuesta de Garófano et al. (2017), en tres grandes bloques:
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Locomotoras: Se definen por el desplazamiento del cuerpo en el espacio. Esta categoría engloba una amplia gama de acciones, que van más allá del simple caminar o correr. Incluye movimientos como: andar, correr, saltar (con diferentes variantes: salto largo, salto vertical, salto con altura), trepar, gatear, rodar, esquivar, deslizar y reptar. La característica fundamental es la traslación del cuerpo de un punto a otro. La variabilidad de estas acciones es enorme, dependiendo de la velocidad, la resistencia, la dirección y el tipo de superficie.
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No locomotoras: A diferencia de las locomotoras, estas capacidades implican el movimiento del cuerpo sin traslación significativa. Se centra en el control postural y la movilidad articular. Ejemplos de capacidades no locomotoras son: balancear, girar, doblar, estirar, empujar, tirar, levantar, y realizar diferentes acciones con las manos y los brazos (como flexiones y extensiones). Desarrollar estas capacidades es crucial para el mantenimiento del equilibrio, la coordinación y la fuerza estática.
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De proyección/recepción: Estas capacidades implican la capacidad de lanzar, atrapar y recibir objetos. Requieren una precisa coordinación ojo-mano (u ojo-pie) y un control temporal y espacial excepcional. Ejemplos claros son el lanzamiento de una pelota, la recepción de un pase, o la captura de un objeto en movimiento. La precisión, la fuerza y la velocidad de la acción son elementos clave en este tipo de capacidades.
Es importante destacar que, aunque se clasifican de forma separada, estas capacidades motrices básicas están intrínsecamente interrelacionadas. Para correr eficientemente (locomotora), se necesita equilibrio (no locomotora) y la capacidad de realizar un buen impulso inicial (proyección).
La comprensión de las capacidades motrices básicas es esencial para el diseño de programas de entrenamiento, educación física y rehabilitación, permitiendo la creación de intervenciones específicas para mejorar la eficiencia y eficacia del movimiento humano. En una próxima entrega, profundizaremos en las capacidades motrices coordinativas, otro pilar fundamental en la construcción de la habilidad motriz.
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